A TAMBOR BATIENTE
Por Aristeo Manilla García
Llama poderosamente la atención, que pese al desbordamiento social que ha provocado el secuestro de un menor en San Fernando, a más un mes de ocurrido el repugnante evento, la Fiscalía General de Tamaulipas-FGT- siga manteniendo un silencio ominoso y de cierta manera… sospechoso.
Se sabe que a las pocas horas del plagio, la Unidad policiaca encargada de ese tipo de casos tomó las investigaciones, como es lógico y entendible, en los primeros días no era prudente dar a conocer la información, para no entorpecer las pesquisas y buscar por todo los medios, rescatar al menor y que los culpables no pudieran escapar
Pero… ya pasó un mes; las redes sociales se han dado vuelo dando a conocer los nombres de dos hermanos sospechosos, con sus fotografías y una serie de datos personales, que obviamente están prófugos, porque de no ser así, estos ya se habrían presentado a manifestar inocencia, pero hasta cerraron los perfiles en Facebook para dificultar su ubicación, lo que demuestra que algo o mucho, hay de los señalamientos que les hacen.
Mientras que las autoridades que conocen del caso, mantienen todo bajo el mas absoluto hermetismo, sin tomar en cuenta que la familia del menor, tiene más de una semana encabezando brigadas por toda la ciudad para encontrarlo y que las imágenes con la foto del estudiante buscado, ya le han dado varias veces la vuelta al mundo a través de internet.
¿Entonces, qué caso tiene seguir ocultando la información?… ni siquiera la familia está actualizada del avance de las investigaciones… ¿por qué y para qué?.
En otros casos, la Fiscalía Estatal ha publicado hasta desplegados ofreciendo recompensas por criminales que han cometido delitos mayores, pero ahora se siente, se palpa una actitud omisa con la sociedad, que es tomado como muy mal síntoma.
Para precauciones y evitar fugas de información, ya es un tiempo excesivo… ¿por qué no ofrecer una recompensa, a quien proporcione datos para localizar al menor y dar con el paradero de los autores de este latrocinio?… ¿qué intereses se mueven al cobijo de la “discreción” oficial?. Dice un dicho, “no hagas cosas buenas que parezcan malas”… ni viceversa