Ciriaco Navarrete Rodríguez
Ojalá que los vientos de cambio traídos por el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca continúan impulsando el éxito electoral en los 8 distritos que corresponden a Tamaulipas, pero tal posibilidad tiene un sólido antecedente en la contienda que logró la mayoría absoluta en la conformación del congreso del estado, y por ese motivo el poder legislativo estatal ha facilitado los exitosos quehaceres gubernamentales que Tamaulipas necesita para que el pueblo pueda disfrutar de esas mieles del poder público.
Desde luego que no faltan los profetas del desastre que viven resentidos porque no han podido lograr los avances arrasadores con los que hundieron al pueblo tamaulipeco en toda suerte de confrontaciones sociales y de carencias económicas y financieras.
Como es sabido, la gran mayoría de los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) cuando en el año de 2016 tocaron fondo electoral al no poder ganar la gubernatura de Tamaulipas fueron invadidos por una inusitada desesperación que los hizo abandonar al partido tricolor para echarse en brazos del partido MORENA, donde encontraron el refugio del que ahora disfrutan y donde luchan denodadamente como gallinas en corral ajeno.
Ese tipo de ejercicio político partidista no debe ser motivo de desprecio social ni político, porque hay que reconocer que todos ellos hicieron uso de su justo derecho y de las libertades que a veces son poco comprendidas en el ámbito político nacional y local.
Pero no debemos de hacer a un lado la justicia universal que debe arropar a los mexicanos, y por esa razón cualquier ciudadano tiene pleno derecho para participar dentro de los partidos donde las fuerzas políticas propias de la sociedad tamaulipeca en particular, y del contexto nacional en general.
Señalo lo anterior con el ánimo de evitar las molestias innecesarias que en el pasado generaron los simples cambios que determinaron la migración de los políticos para buscar espacios de poder en otras instancias particularmente locales, porque de esa manera se ha podido emigrar o cambiar de partido.
Desde luego que las elecciones venideras no tendrán ningún parecido a la “miel sobre hojuelas”, y por eso las fuerzas locales deben trabajar como ya lo están haciendo, cuidando de ofrecer proyectos electorales sustentados en verdades plenas y muy tangibles para los votantes tamaulipecos, con la finalidad de que se sientan seguros de los quehaceres públicos que garanticen todos y cada uno de los diputados que pretendan ganar un espacio para representarnos dignamente en el congreso de la unión.
Las explicaciones anteriores pueden dar lugar a la realización de limpios y promisorios proyectos electorales, de tal manera que los electores tamaulipecos depositen su voto plenamente convencidos de los proyectos verdaderos que nos habrán de ofrecer los prospectos aspirantes a las diputaciones federales que se habrán de disputar durante los comicios del próximo año 2021.
El tiempo que falta no parece estar muy lejos de los comicios electorales del referido año, pero más que pensar de esa manera, lo que los aspirantes necesitan es la preparación de proyectos altamente racionales y apegados a las verdades surgidas de la epistemología de la razón, lo cual significa que es necesario que cada aspirante se aplique a fondo para representarnos dignamente en la cámara baja del poder legislativo federal.
Eso significa que ningún legislador debe arrimar a esa instancia del gobierno federal atenido a una eficiente cultura tanto general como jurídica porque no hay que olvidar que se trata de un trabajo en el cual se tienen que elaborar, revisar, proponer y aceptar o rechazar todas aquellas propuestas de importancia constitucional que sean útiles para el pueblo mexicano.
Es recomendable prepararse además para participar en el congreso de la unión de la manera antes señalada, pero también deben afinar su lenguaje para mejorar la retórica mediante la cual los diputados deben tomar en cuenta que los debates en el seno del congreso federal son protagonizados frente a un universo de 500 legisladores.
A lo largo de muchos años de mi ejercicio periodístico y académico, he sido testigo de la improvisación intelectual y emocional de muchos legisladores, pero actualmente, estoy seguro de que los actuales aspirantes a diversos cargos de elección popular, en su mayoría, son personas que están respaldadas por elevados niveles académicos y por experiencias altamente visionarias que nos permiten confiar en ellas porque sabemos que harán todos los esfuerzos necesarios para servirle con lealtad y elevado espíritu patriótico, lo mismo a Tamaulipas que al resto del pueblo mexicano.
Finalmente debo insistir en la necesidad de que los futuros diputados federales nos representarán dignamente en la cámara baja del poder legislativo federal.
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