A TAMBOR BATIENTE
Hoy en que este municipio cumple 271 años de su fundación, quienes vivimos en San Fernando Tamaulipas nos encontramos viviendo condiciones de incertidumbre y hastío, similares a los que experimentamos en tiempos recientes debido al fenómeno de la violencia extrema que nos puso ante los ojos del mundo, como una pueblo sucursal del infierno.
Irónicamente nadie nos pedía en ese tiempo –porque ninguna autoridad sacaba la cara- que nos mantuviéramos en nuestros hogares, pero por miedo e intuición natural nos quedábamos refugiados en las casas y ahora que nos exhortan a no salir a la calle sin que esté de por medio alguna necesidad apremiante, simplemente “nos vale”.
Obviamente que quienes tenemos que salir a ganarnos el sustento, no podemos darnos el lujo de quedarnos en casa; en México no todos somos burócratas de oficina con un sueldo quincenal seguro, lo que implica que hay que salir, a costa de lo que sea.
Es en los jóvenes donde vemos en estos días la mayor audacia de andar fuera de los hogares, prácticamente por gusto, porque la edad exige dinámica y no es posible retenerlos en las viviendas, aun cuando nos están bombardeando con recomendaciones de no andar en la calle, sin una urgencia extrema.
Lo que estamos viendo ante esta pandemia que amenaza el equilibrio de la humanidad es algo serio; que si la cepa del COVID 19 es producto de un castigo de la naturaleza o procede de la perversidad de la mente del hombre por un plan de dominación mundial, en estos momentos pasa a segundo término.
La realidad es que se ha provocado una desaceleración económica mundial que se enfila hacia una recesión, que de ocurrir, como siempre, va a pegar fuerte entre las clases más desprotegidas.
Aquí es donde espero como mexicano, que el Gobierno de la Republica tenga diseñado un programa emergente de acción para atender las necesidades más básicas de la población, comenzando por la salud y la alimentación.
Se sabe que México dispone en estos momentos de las mayores reservas internacionales de su historia y que hay además fondos de contingencia que se pueden aplicar para darle a la población las condiciones de vida necesarias, ante una crisis como la que se avizora… porque de otra manera… ¿de qué sirve tener el dinero guardado?.
No estamos aún ante un escenario de esa magnitud, pero está sucediendo lo que no imaginábamos aunque desde hace años que se han estrenado películas de aparente ficción que narran hechos muy similares a lo que estamos viviendo, como si la vida fuera un guion, donde usted y yo participamos sin sueldo, como “extras”.
Amigos: hay que atender las recomendaciones del Sector Salud, con la confianza que esto pasará pronto; le recuerdo que del año 2010 al 2013, nos pasamos mucho tiempo encerrados en nuestras casas y gracias a esa prudencia, muchos lo estamos contando; esta vez no esperamos que nos mate una bala, sino un imperceptible bicho importado de Asia, que no hace ningún ruido cuando nos invade.
No seamos suicidas y recordemos que si evitamos contraer el virus, además de nosotros, estaremos también protegiendo a las personas con quienes vivimos y si por necesidad tiene que salir, que sea tomando todas las precauciones del caso.