Comercios informales dedicados a la venta de comida, se han abierto por docenas en la zona centro de la ciudad y colonias populares, ante el fenómeno del desempleo, que obliga a las personas a buscar ingresos en actividades distintas a las que tradicionalmente han ejercido.
Algunas de estas taquerías están funcionando al aire libre, sin sanitarios y en condiciones que generan riesgos sanitarios para los consumidores, lo que amerita supervisión de las autoridades sanitarias.
Personas que tienen a su cargo la preparación de alimentos no cuentan con la verificación sanitaria indispensable, mientras que los negocios ubicados a la intemperie, son proclives a las bacterias que flotan en el medio ambiente, sobre todo cuando están rodeados de cacharros y basura.
Ante esta situación corresponde a las autoridades sanitarias llevar a cabo las revisiones y en su caso obligar a los manejadores de alimentos que no están debidamente registrados, a cumplir con lo establecido por las leyes, en el afán de mantener bajo control, las enfermedades que se derivan de comidas preparadas, sin cubrir las normas establecidas.