Con el paso de los años, la falta de mantenimiento, los fenómenos naturales y los cambios de diseño que se han realizado en las antiguas construcciones de San Fernando, el estilo original se ha ido perdiendo, lo que representa una pérdida lamentable para la historia de una ciudad con casi tres siglos de existencia.
Esto es fácil comprobarlo en la zona centro de la ciudad, donde añejas construcciones a base de sillar se encuentran abandonadas, algunas derrumbándose, otras con sus puertas y ventanas clausuradas y casi en la totalidad sin recibir un mantenimiento que permita que persistan en condiciones dignas, como digno testimonio del pasado reciente de un pueblo que ha sabido levantarse de todas las adversidades, para seguir adelante.
En las calles que circundan la plaza principal de San Fernando y vialidades aledañas a la zona centro hay inmuebles construidos a base de sillar, un material que se usó hace cientos de años para levantar sólidas edificaciones que pese al tiempo y el abandono se resisten a morir, aunque ya se encuentran en condiciones que ameritan restauraciones inmediatas, ante el riesgo de venirse abajo.
En los mejores casos, hay edificios de sillar que están habitados y han recibido mantenimiento pero donde sus propietarios han ido cambiando el estilo original al ensamblar puertas y ventanas que no corresponden con la identidad de ese tipo de inmuebles, cuyo valor radica precisamente en su antigüedad y en la historia que encierran sus paredes.
Ante el abandono de un legado que debería ser motivo de mayor aplicación de políticas públicas y atención de la propia ciudadanía, se hace necesario un programa de rescate de edificios públicos antiguos que impidan que se siga extinguiendo el estilo original de las casonas que fueron habitadas por los primeros habitantes y que en algunos casos sirvieron como cuarteles o guarniciones militares y que ahora tienen un uso diferente e inclusive han sido modificadas con características que no se identifican con los diseños de una época de esplendor, cuando se anclaron los cimientos de lo que hoy es esta ciudad.