La dramática situación en que se encuentran cientos de familias radicadas en comunidades rurales de la zona norte del municipio de San Fernando, es muy recurrente en temporadas de lluvias, que ya debería ser motivo para que se tomen medidas definitivas, que sirvan para erradicar por completo los riesgos que se presentan cada vez que llegan precipitaciones abundantes a la región.
Estamos hablando de la colonia agrícola “Francisco González Villarreal” de Plan del Alazán, San Lorenzo, Emiliano Zapata, Águila Azteca DE San Fernando y otras comunidades del municipio de Méndez como son Espiaderos 1, Espiaderos 2, La Purísima, Luis Echeverría entre otros, que sufren los efectos de aguas rodadas que llegan a introducirse a los hogares, destruyendo patrimonios que con tanto sacrificios forjan sus moradores.
Sabemos que contra la fuerza de la naturaleza no se puede competir, pero también tenemos claro que la inteligencia humana ha logrado durante el transcurso de todos los siglos que registra la humanidad, sobreponerse y encontrar respuestas a situaciones adversas como esta y que existen en la actualidad diferentes profesiones que pueden aplicarse, para que se conjuren por completo este tipo de problemáticas.
El tema es hacia dónde encauzar las aguas que se perfilan con rumbo a esa región en todas las temporadas de abundantes lluvias, lo que parece un poco difícil porque los canales o drenes que existen en la zona no son suficientes para dar cauce al enorme volumen que se desplaza cuando llueve en demasía, lo que indica que se tiene que buscar soluciones a la medida.
Dejar que los expertos hablen en lo más adecuado, pero en una opinión sencilla sobre algo que puede ser más económico y a la mano, sería la construcción de una presa de medianas dimensiones para almacenar toda esa agua que finalmente se pierde y que debería ser aprovechada, tanto para el uso agrícola o doméstico, considerando la carencia de este líquido en épocas de primavera- verano.
Algo se tiene que hacer, porque no se puede concebir que cada que llueva, las familias que habitan en esas comunidades tengan que pasar por la misma calamidades y sufrir las pérdidas de sus principales enseres y muebles, esto es algo que merece planeación y obviamente de inversión por parte de las instituciones para establecer un sistema que sirva para darle un rumbo positivo a todas esas aguas para que vayan a desembocar donde no causen ningún riesgo y que se puedan convertir en un beneficio.
De ahí la opinión de un pequeño vaso donde se pueda almacenar esa agua y darle un uso que sea útil y no dañino, ni destructivo como actualmente se aprecian sus efectos en el interior de los hogares a donde se da introducido.
Por cierto recuerdo que en el periodo del Ing. EGIDIO TORRE CANTÚ se realizaron en “González Villarreal” obras de ingeniería hidráulica precisamente con la finalidad de evitar más inundaciones en esa comunidad, a través de una inversión cuantiosa que resultó ser un fraude.
Por eso bien dicen que “lo que no descubre el tiempo lo descubre el agua”… y viceversa.
Repito es un tema para expertos, pero tiene que irse viendo ya, porque mientras más se tarden en comenzar a realizar estudios y ver posibilidades de solución obviamente que la respuesta dilatará por un tiempo indefinido, lo que mantendrá expuestas a las familias que radican en estas zonas del campo a vivir las mismas penalidades que han sufrido cada que llueve y el agua se introduce hasta sus domicilios.
Peligroso por cierto que ocurra en horas de la noche cuando las personas se encuentran dormidas, en hogares done radiquen adultos mayores, personas enfermas, es decir difíciles de mover o niños pequeños que tengan que salir en brazos.
Por favor, no esperen a que pase otra vez, las mismas comunidades afectadas tienen la palabra.