En tiempos en que se reconocen a personajes que se atrevieron a luchar por la democracia contra gobiernos autoritarios, no podemos perder de vista que en San Fernando también hay antecedentes de individuos que desde muy jóvenes se distinguieron por luchar por las libertades.
Aquí en lo corto tenemos, a un demócrata consumado que por sus ideales fue perseguido y hasta encarcelado en gobiernos priístas que no consentían que nadie se atreviera a levantar la voz.
Me refiero al inolvidable LAURENCIO GARCIA GARCÍA, licenciado en derecho también por vocación, político de cuerpo entero y apasionado defensor de todas las libertades, a quien muchos recuerdan como primer dirigente municipal del partido MORENA en Tamaulipas, diputado local y como un hombre que nunca perdió el piso.
Pese a que pudo haber cambiado su estilo de vida porque llegó instalarse en los grandes escenarios de la política, jamás dejó de ser la persona sencilla, accesible y humanista que siempre conocimos.
Si en el año 2016, la muerte no se hubiera interpuesto en su camino, otra hubiera sido su historia y otro, el destino de San Fernando.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR lo conocía muy bien; se puede decir que era el amigo que tenía en Tamaulipas, por una extraordinaria convicción y conexión de anhelos, que de no haber sido por la muerte que se atravesó en su camino en el año 2016, LAURENCIO GARCÍA GARCÍA habría sido Gobernador de Tamaulipas.
Pero la vida tenía otros planes para él; hoy queda su recuerdo y un legado que permanece en varias generaciones de tamaulipecos que participaron en movimientos donde fue líder en tiempos muy ríspidos para la democracia y donde fue blanco de la venganza del sistema.
Pero su espíritu era indomable y nunca nadie lo vio desistir en sus ideales, era persona de una sola pieza, un sanfernandense que se merece un monumento a la democracia, a las libertades, o que su nombre luzca en una de las principales avenidas de San Fernando, donde existen tantas vialidades, cuyo nombre no dice nada, como la 250 aniversario, por ejemplo y otras tantas que mencionan nombres que a los ojos, mente y memoria de la población, no tienen ningún significado.