Después de más de 45 años de ejercer esta placentera, a veces incomoda, incomprendida y mal remunerada actividad, entiendo que periodista es aquel que vive del periodismo, del que con pasión rastrea la información, la procesa y la lleva ante la vista de los lectores.
El periodismo es una forma de vida, no un deporte que se puede practicar de manera esporádica y atreverse a ejercerlo implica aceptar una vida de sobresaltos, de angustias, pero también de muchas satisfacciones.
Reconozco que la edad, mientras más avanza nos va limitando físicamente a ejercer con plenitud esta actividad, pero sostengo que mientras nuestra mente funcione, estamos en aptitudes de seguir buscando la información, en esta época con una ayuda muy valiosa por medio de las redes sociales y las consultas de temas que se pueden complementar con investigaciones haciendo uso de las nuevas tecnologías.
Y hoy, se celebra en nuestro país El Día del Periodista, una fecha muy propicia para saludar y felicitar a todos aquellos –hombres y mujeres- que ejercen el periodismo de manera constante y con responsabilidad; también para hacer un reconocimiento a quienes dejaron huella profunda en este ámbito y que ya se encuentran en el descanso eterno.
Creo que para quienes desde siempre abrazamos este oficio, llevado en muchos casos al nivel de profesión, cada 4 de enero nos quedan dos satisfacciones; la primera haber “brincado” a un año nuevo y saborear que existe una fecha en el calendario mexicano dedicado a nosotros.
Cada año se realizan celebraciones a todo lo largo y ancho del país, festejos que en Tamaulipas se han vuelto una tradición y que son aprovechados para la convivencia de los comunicadores y recibir palabras de aliento a su labor, por parte de representantes de las principales instituciones, lo que también se agradece.
Va de nuevo… felicidades a todos los periodistas y un aplauso para quienes se encuentran en proceso de aprendizaje, aunque a la vista hay pocos interesados, mientras que la lista de veteranos se ha reducido de manera muy considerable en los últimos años y se requiere que los relevos vayan tomando su lugar.