Es una pena ver como la voracidad se impone sobre el sentido del deber y como los altos mandos institucionales permiten que “abajo”, personal de campo destinado a funciones de seguridad, se ensañe tanto con los connacionales radicados en los Estados Unidos de Norteamérica, que regresan unos días a este país, para pasar con sus familias, las fiestas navideñas.
En un corto trayecto de Matamoros a San Fernando, fue posible ver la actitud de elementos de la Guardia Nacional en el sitio denominado “Las Yescas”- km. 254- sometiendo a revisiones exageradas a familias que se dirigían al interior del país, trayendo consigo ropa y artículos usados principalmente, para regalar entre sus familiares, después de haber sorteado la inspección de rutina en los puentes internacionales.
“Andan bravos” fue al expresión de un paisano que sabedor del remedio para evitarse situaciones mayores o perdida de más tiempo, ya traía listo, como siempre lo hace, 50 dólares en la mano.
Pero a veces no quieren esa cantidad que representa cerca de 800 pesos mexicanos; las ansias de dinero de los elementos de esa corporación –y de todas- no conocen limites, para ellos, se trata de la mejor cosecha del año, pero a diferencia de los productores del campo, no tienen que invertir un solo peso para obtener utilidades… ¡todo lo que escurre es miel!.
Los Guardias Nacionales también están sobre las personas que conducen carros americanos; ya están iguales que los antiguos Policías Federales de Caminos o hasta más voraces, porque la formación militar de los GN, los lleva a un trato muy áspero y seco con el público.
Se puede resumir que se trata de militares obedeciendo órdenes de obtener dinero… pero ¿de quién?.
El retén de la “Y” en San Fernando es otro martirio para los paisanos, que con tal de no detener su marcha, van dejando un regadero de dólares en “mordidas”, a todo lo largo de su camino, porque en pocas palabras, el programa “Héroes Paisanos” es un mito, el pretexto para tomarse la foto y presumir de una hospitalidad que en la vida real… ¡no se mira!.
Y ahora resulta que hasta los militares que están en el puesto de revisión militar “El Ribereño” por la misma carretera Victoria- Matamoros, dentro de “la mochada” que les exigen a los vendedores de autos ya subieron la mira… ahora son de mil pesos.
Hágame usted el favor; no se escucha decir que le ayuden a ningún viajero a cambiar un neumático averiado, resolver una falla mecánica, o dar un vaso de agua, las historias que corren, son de puras extorsiones.
Pareciera que el destino de nuestra imagen nacional es más ultrajada por las autoridades destinadas a proteger a la sociedad y en este caso a nuestros paisanos que vienen de visita con todo el gusto, que no reciben tantos malos tratos ni siquiera de la delincuencia organizada.
Y otra vez… ¿dónde están los que fueron electos para representar al pueblo?.
Una vez alguien dijo para referirse al trato entre compatriotas en el vecino país del norte: “No hay peor enemigo de un mexicano, que otro mexicano”… ¿será tiempo de poner aquí de moda esa frase?.
Porque viéndolo bien, cundo viaja uno por territorio norteamericano, no hay un solo policía extorsionando mexicanos en las carreteras… ¿o sí?