La universidad Autónoma de Tamaulipas se apresta a vivir una nueva época con rumbo, para recuperar el prestigio que hace tiempo gozó la máxima casa de estudios, cuando los tiempos eran de respeto y se cuidaban las formas.
La UAT ha tenido rectores todos tipos; profesionales y honestos hasta irresponsables y saqueadores que la han llevado por un rumbo errático y la han mantenido muy a duras penas a flote, porque los recursos destinados, han encontrado destinos muy diferentes a la calidad de la educación que imparte.
Con el arribo del Dr. DAMASO ANAYA ALVARADO de manera provisional –seis meses- pero que seguramente será ratificado por la asamblea Universitaria- se miran venir tiempos mejores para la escuela de estudios superiores, considerando el perfil del nuevo Rector Interino, como un profesionista serio y de trabajo.
El que se fue GUILLERMO MENDOZA CAVAZOS, dejó a la UAT convertida en una cloaca, donde se están destapando aberraciones cometidos al amparo de una soberanía universitaria, que terminó por corromper a la mayor parte de los últimos rectores, de cuyos excesos y desviaciones, se ha dicho bastante.
En esta nueva era se espera que la UAT florezca, que emerja vigorosa como lo que fue siempre, antes que la convirtieran en botín de rectores políticos y ambiciosos que manejaron a su antojo, el cuantioso presupuesto.
Para que tenga usted una idea, en este 2023, la UAT está ejerciendo un presupuesto de 4 mil 536 millones 432 mil pesos, lo que equivale a más del doble de los mil 700 millones, destinados durante el mismo ejercicio para el Ayuntamiento de Matamoros.
Pero para el 2024, le serán descontados poco más de 600 millones de pesos para ser reasignados a diferentes rubros de la educación en Tamaulipas, principalmente para infraestructura, aun así le quedarán casi 4 mil millones de pesos, cifra que manejada de manera escrupulosa deberá ser suficiente para atender y mejorar todas las áreas de la casa de estudios.
Por cierto vamos a ver qué pasa con la unidad académica de educación a distancia de San Fernando, donde desde hace cinco años el plantel se encuentra en el abandono, sin alumnos, con un aspecto patético, que muy posiblemente sea el mismo destino de todos los planteles que se abrieron en el estado bajo la misma modalidad.
Los cambios son siempre saludables y esta vez, se espera que el Rector Interino le devuelva a la UAT la calidad que siempre la distinguió a nivel nacional y que su lema “Verdad, Belleza, Probidad” vuelva a resplandor, dejando atrás, sepultadas las historias de las trapacerías cometidas por los últimos titulares, que lograron acrecentar sus patrimonios con el dinero que debieron aplicar en la educación superior de Tamaulipas.