Ayer nuevamente cientos de obreros que regresaban de cubrir turnos nocturnos en Reynosa volvieron a vivir el miedo atroz que se apodera de las personas ante situaciones de riesgo que pueden llegar a costarles la vida.
En esa carretera, constante escenario de enfrentamientos entre grupos de poder factico que se disputan territorios propicios para comercios al margen de la ley, nuevamente se volvieron a producir enfrentamientos, bloqueos y personas atrapadas en vehículos de transporte público, privado y de carga.
Las redes sociales dieron cuenta de inmediato de esta situación, con angustiosos llamados de auxilio de personas que se quedaron varados en el bloqueo, que veían pasar vehículos de apariencia siniestra y personas armadas, que claramente se miraba que no eran policías.
Buen punto. ¿y la autoridad donde se encontraba?. Había patrullas en las cercanías, pero ni de chiste se acercaban al sitio del bloqueo, refieren los mismos afectados, que los querían ver en acción, con esa misma vehemencia que utilizan para detener a una persona ebria.
Pero eso no ocurrió, hasta que horas después, fue retirado el camión pipa atravesado sobre la carretera y pudieron continuar con sus respectivos trayectos; entre ellos, los trabajadores de las maquiladoras –hombres y mujeres- rumbo a San Fernando y cientos de viajeros que tenían como destino a Reynosa, pudieron seguir su camino.
Ante esta situación recurrente, cabe la misma pregunta… ¿no sería posible un operativo coordinado entre la Guardia Nacional y Guardia Estatal para custodiar las caravanas de vehículos que salen de San Fernando con destino a la frontera?. En este caso a Reynosa, que desde aquí hasta esa población fronteriza, es el tramo más complicado.
Fotos y comentarios en las redes dan cuenta de elementos de la Guardia Nacional haciendo funciones de Policías Fiscales, obligando a “paisanos” a bajar de los vehículos todas las mercancías que transportan, mientras que además mantienen constante “cacería” sobre los vendedores de vehículos, con una ferocidad digna de mejor causa.
Es decir que en apariencia son decididos y valientes, pero que a la hora de velar por la seguridad de los mexicanos, se brincan ese renglón de sus funciones, para justificar bajo cualquier pretexto su inacción, cuando ocurren hechos que atentan contra el bienestar de la población civil.
Lo que nos dice que a falta de contención, seguirán los hechos que dan miedo a las personas que viajan por las carreteras del norte de Tamaulipas, porque no hay una sola corporación que garantice la seguridad y tranquilidad de los viajeros, que tendrán que acostumbrarse a convivir con ese temor que los seguirá acosando, en cada ocasión que su trayecto se convierta en zona de guerra.