El concepto de siempre desde que me acuerdo, es de una clase media que sin tener muchas riquezas, tampoco le hace falta nada para una vida relativamente cómoda, acostumbrados como siempre ha sido, a medir el bienestar de las personas y las familias en función del dinero.
Pero me parece que con todos los cambios que el mundo ha vivido y que han provocado portentosas transformaciones, también los conceptos merecen adaptarse a los tiempos, para ubicarnos en realidades más importantes que el desahogo económico.
Cuando le digo que México es un país siempre polarizado, usted no me dejará mentir.
Sino es por la religión, es por el fut bol y en los últimos tiempos, por la política.
El asunto es que la sociedad mexicana, se divide o se deja dividir por el menor pretexto; que si las bodas gays, los uniformes igualitarios en las escuelas, el nuevo lenguaje inclusivo, el aborto, la pena de muerte, la eutanasia y pare usted de contar.
Pero lo que se mira como más dañino para toda la nación, es la polarización política, que impide que el pueblo se una y que dentro del mismo gobierno, los grupos de poder se encuentren en constante batalla sin poder alcanzar que acuerdos que serían bastante benéficos para todos los mexicanos.
En todo este desorden, me parece que la nueva clase media en México, es la que no sale a la calle a injuriarse, a confrontarse con nadie por motivos políticos, la forman aquellos que hacen su trabajo, que cumplen con sus deberes familiares, cívicos, tributarios, que respetan lo que piensan unos y otros y actúan en función de su propia conciencia.
Esa debería ser tomada como la nueva clase media, la que no se desborda en excesos, que no rompe con las reglas sociales, que no discute con los amigos por defender a candidatos, funcionarios o partidos políticos.
Las personas que demuestran equilibrio mental, deberían ser tomadas como la clase media, porque con su serenidad guardan el equilibrio de las cosas para que no se salgan de su órbita.
Pero difícilmente alguien compartirá esta idea, como tenemos bien desarrollada la costumbre de pensar en la clase media como aquella que trabaja pero no necesita nada, no es acaudalada, pero tiene lo suficiente.
Y mientras nuestras vidas sigan girando en torno a ideas materialistas, seguiremos sumergiéndonos en el torbellino donde ya estamos, midiendo a las personas por lo que tienen y no por lo que realmente valen.
Les deseo un excelente fin de semana, hasta el próximo lunes Dios mediante.