La estrategia de los diputados locales del PAN en Tamaulipas de no asistir a las sesiones a modo de protesta por los últimos acontecimientos, sobre todo tras perder el control del Congreso Local, no proyecta una imagen positiva a los ojos de la sociedad, habida cuenta que los tamaulipecos están bien enterados del pleito a muerte que se libra a su interior.
Abandonar la plaza de ninguna manera abona a la causa panista, que ya en tres legislaturas consecutivas ha tenido en sus manos el control del Congreso Local y que aprovecho esa supremacía para reformar todas las leyes que quisieron poner “a modo” para proteger negocios e intereses de los principales actores del sexenio anterior, comenzando por el ex Gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.
Y ni pensar siquiera que van a renunciar también al sueldo o que los mismos diputados faltistas van a pedir que les descuenten los días no laborados; en un acto de conciencia, de congruencia y de responsabilidad, debería hacerse presentes y levantar la mano para confrontar sus ideas.
¿O será que solamente cuando eran mayoría, podrían hacer valer sus propuestas y argumentos?. No, pues así cualquiera.
Por lo pronto y como un reverendo cachetadón comenzó el desmantelamiento de la red de negocios cometidos a la sombra del poder estatal, al echar abajo con el voto de los diputados de MORENA y Movimiento Ciudadano, la expropiación y venta de casi seis hectáreas de terreno en la Playa Miramar.
Un acto que fue cometido en perjuicio del patrimonio de los tamaulipecos y de cuya venta, los recursos que generaron por la venta de los cinco en que fue dividido el predio, consistentes en cerca de 500 millones de pesos, no se destinó al beneficio comunitario.
Nadie sabe en que se gastaron, pero es muy fácil imaginar lo que pasó con ese dinero.
Pero además los diputados tamaulipecos, en la reciente sesión donde los panistas no acudieron y los dos del PRI se abstuvieron de votar, aprobaron en bloque 38 dictámenes sin que se escuchara el ruido de una mosca.
El ausentismo y el silencio son las armas que están usando los diputados locales panistas de Tamaulipas, se están dejando vapulear sin meter las manos, con lo que pretenden crear una corriente de simpatía, fingiéndose ante el pueblo débiles y víctimas de abusos de sus colegas morenistas y del MC, pero es difícil que esa treta prospere, porque ya antes, los tamaulipecos se habían enterado de todas las atrocidades que “los azules” y sus aliados autorizaron sin rechistar y sin ver en ningún momento por el interés del pueblo.
Asi que pretender emular los paisajes bíblicos, como aquel donde Jesús dijo “si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra °, no les queda a los diputados panistas –con sus contadas excepciones- que si por algo se han caracterizado es por ser brabucones a mas no poder, como para que ahora le quieran hacer al pacifismo de Mahtama Gandi.
En serio que no les queda, mejor saquen la casta y síganle como iban o de plano ¿ya tiraron la toalla?.
Porque todavía les queda exactamente un tercio de la gestión constitucional, es decir, un año completito para sufrir en carne propia, lo que ellos mismos hicieron en el pasado reciente.