Ya viene El Día del Niño, una fecha en que se prodigan las expresiones mas tiernas para el segmento social que representa el capital más valioso del universo y donde por supuesto, festivales no faltan.
Y que bien, porque festejar a los niños es alegrar también la vida de los padres y de todas as personas que integran el entorno familiar, donde los cumpleaños infantiles generalmente son motivos de celebración y El Día del Niño, nunca pasa inadvertido, porque además, es una fecha que inspira ¡a los regalos!.
Pero también debería ser una fecha para meditar sobre la formación y el futuro de los niños; pensar en voz alta y unir la acción a las ideas.
Pregunta… ¿dentro del entorno familiar y social estamos haciendo lo mejor para que los niños de hoy crezcan bajo cimientos sólidos que les permitan llegar a ser adultos en condiciones de integridad y empatía con los pensamientos y aficiones de los demás?.
¿Los estamos preparando para que sean honestos consigo mismos y con los demás? o ¿aspiramos mejor a que sean como nosotros?… que un día digan, es igualito a su mamá o, su papá.
El mundo está muy revuelto y las tentaciones nocivas se encuentran al alcance de niños y adolescentes, que ante los riesgos que hay en la calle, en las escuelas y hasta en el seno familiar, hay que mantener cerca para evitar que tomen rumbos equivocados, pero a la vez prepararlos para ser buenas personas, porque un día dejarán de ser niños para alcanzar nuevas etapas, donde su formación infantil será determinante en la forma de vida que adopten.
Los niños se pueden comparar con una rama que se siembra, a la que hay que ponerle un palito para que guie su crecimiento y evitar que se tuerza; lo que sigue es saber cómo hablarles, como comunicarse con los niños para que puedan aceptar que tienen que crecer sobre reglas de comportamiento, rumbo a un estilo que les permita ser en el futuro cercano personas de bien, capaces de entender a sus semejantes y ser solidarios cuando se necesite.
Recordar que dentro de diez días será la celebración de El Día del Niño -30 de abril- me inspiro a escribir estas líneas, pensando en que los festejos son ideales y maravillosos para los reyes y las reinas de los hogares, pero que más allá de las fiestas y los juguetes, se les puede regalar algo más, que les puede servir para el resto de sus vidas.
Me refiero a enseñarlos a pulir su comportamiento, a enseñarlos a distinguir los riesgos de la calle, pero también del hogar, que crezcan sabiendo que las adicciones son fatales, que deben preservar el cariño hacia su familia, el respeto hacia los mayores y en general a toda la sociedad, como reglas de su desarrollo.
Un manual de vida para niños, será el mejor regalo para esos pequeños que alegran nuestra existencia.