La vida nos ha enseñado que cuando los gobernantes hablan más de honestidad es cuando se producen los peores actos de corrupción, porque vivimos en México, un país donde la descomposición forma parte del ADN social.
Con curiosidad no exenta de pena, vi noticiero nacional donde se habla de actos de corrupción muy severos cometidos dentro del sistema Seguridad Alimentaria Mexicana –SEGALMEX- creado por la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural -SADER- para fomentar la autosuficiencia alimentaria sobre los cuatro principales granos que se consumen en el país, pero que “ya entrados y en la barra”, agarró corte, para ofertar otros productos, entre ellos, la leche.
Se han recibido 22 denuncias y abierto 15 procesos en contra de funcionarios de SEGALMEX que tan solo en tres años han desviado o dejado sin documentar más de 11 mil millones de pesos, una suma mayor a la “estafa maestra” de ROSARIO ROBLES, cuantificada en poco más de 7 mil millones de pesos.
¿Pero, solo en SEGALMEX, se están despachando con “la cuchara grande”?. Su servidor sospecha que no.
En la 4T anidan tenebrosos funcionarios emisarios del pasado reciente, que conocen las formas de sacar el dinero y exprimir hasta la última gota de los presupuestos en su beneficio, para lo cual utilizan todo un entramado, donde para funcionar con éxito, requieren de la complicidad de los entes fiscalizadores del propio gobierno.
La Secretaria de Bienestar es otro barril sin fondo, donde el dinero del gobierno, se desvía en cada entrega de apoyos sociales hacia bolsillos de funcionarios que han encontrado la forma de justificar siempre, que muchos beneficiarios “por errores en el sistema” no aparecen en las listas.
El enemigo está en casa, porque los mismos servidores de la nación y representantes del gobierno federal en cada una de las regiones, han diseñado formas sofisticadas de sacar dinero mediante varias opciones, aprovechando que los métodos de control interno se encuentran adormilados.
Pero además, que hay zonas en la mayor parte del país, sobre todo las rurales, donde los entes fiscalizadores no entran por temor a ser víctimas de la inseguridad y ahí es donde más se empachan y hacen de las suyas.
El no mentir, no robar y no traicionar del Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, les viene guango. No les importa traicionar la doctrina del jefe de la nación, inclusive algunos de los mal llamados “servidores” festejan que AMLO ya se va y confían, en que venga por primera vez una mujer como Presidente de México, con quien simpatizan, apoyan y casi están seguros que les va a permitir seguir con sus corruptelas, en un clima menos tenso.
Siempre lo he dicho, la corrupción no es privativa de ninguna raza, de ninguna nación y mucho menos de un partido político. La corrupción es un mal de la humanidad, que en este país y actualmente ya está mimetizado en la Cuarta Transformación, para vergüenza de quienes impulsaron un cambio en busca de una autentica metamorfosis, que viniera a darle un rumbo distinto a este saqueado país, de riquezas incalculables, tan así que todavía y pese a tanto raterismo, no se han logrado acabar.