Miles de productores agrícolas de la región se encuentran angustiados por la incertidumbre de las cosechas de sorgo, ante un panorama sombrío que muestra su peor rostro, con la amenaza de sequía para las próximas semanas… o meses.
Aunque ellos mismos arguyen que “Dios aprieta pero no ahorca”, bien saben que si las lluvias no se presentan de manera oportuna, los rendimientos no serán suficientes y los siniestros totales se van a resentir de manera cuantiosa.
En una zona de temporal como esta, las lluvias son elementales para el desarrollo y buen resultado de los cultivos, esto por sabido se calla.
No le tengo que decir que los productores están descapitalizados para hacer frente a necesidades imperiosas, como el combate a las plagas y los trabajos que las tierras requieren para fortalecer el desarrollo de los cultivos… y todo esto se hace con dinero.
Luego, el precio del grano rojo se ha venido dando a la baja, de tal suerte que cuando los productores sacan cuentas de los rendimientos que necesitan, para que puedan considerar rentable su actividad, se encuentran con números que no cuadran.
Esa es la vida de los productores del campo, empeorada con la cancelación total de los apoyos que antes, en aras de dar bienestar a las familias rurales e incentivar la producción, se otorgaban desde distintos esquemas que siempre fueron considerados funcionales, de tal forma que sembrar era como un deporte para muchos, mientras que ahora se siente la preocupación entre quienes piden prestado, venden o comprometen sus patrimonios para seguir trabajando la tierra.
Este es un tema que el gobierno federal tiene pendiente, tras clausurar de golpe y porrazo los programas al campo, bajo el argumento de la corrupción en el manejo de recursos oficiales, que si bien como en todas las áreas donde se manera dinero siempre ha existido y seguirá dándose la desviación de recursos, se pudieron tomar otras medidas, como ir contra los corruptos, meter candados etc., pero no quitarles a los productores el respaldo que alentaba su actividad y llevarlos a la angustiosa situación que enfrentan.
Buen porcentaje de los productores son personas de edad avanzada, que no están en condiciones de comenzar con otros oficios y que los apoyos que reciben del gobierno por su edad, no les alcanzan ni para surtir los medicamentos para requieren para mantener su salud.
Pero además ese tipo de apoyos no son la solución para el tema del campo, lo que se necesita son programas para proteger y estimular la producción, para evitar que siga hundiéndose en la pobreza, porque a este paso y con el panorama que se mira, parece que lo peor está por venir.