Noticias procedentes de la capital de Tamaulipas, revelan que la dependencia que dirige la Mtra. LUCÍA AIMÉ CASTILLO PASTOR, ha detectado en una primera revisión que se hizo “por encimita”, que hay 600 maestros que no se paran en las aulas porque andan metidos en otros negocios, mismos que son candidatos a la expulsión fulminante de la nómina, donde han venido medrando sin desquitar los salarios que perciben.
Desde hace cuatro décadas o poco más, escuchaba decir, que el despilfarro más grande del país, se encontraba en el magisterio y he tenido tiempo de constatar que lo que en aquellos tiempos se decía, era pecata minuta, comparado con la realidad actual.
Me parece que el país, Tamaulipas y San Fernando padecen de una misma enfermedad en materia de educación; maestros que se hicieron maestros por una oportunidad familiar, los que sin vocación lograron comprar una plaza y los que por privilegios políticos, llegaron a tener un trabajo como profesores y profesoras sin desearlo, además de otros tipos de “favores” que redundaron en un beneficio personal y en un grave perjuicio para el país.
Hay maestros aquí, que han sido exhibidos en las redes sociales de escribir huevo con “g”, refiriendo a un producto de gallina, vaca con “b” de burro y burro con “v” de vaca… y así, son “maestros”.
Mis respetos para los que lucharon por ejercer su vocación, los que se prepararon y los que aun sin disposición, al saber que iban a tener una delicadísima tarea entre sus manos, decidieron hacerlo con responsabilidad, comenzando por entender los principios básicos de la pedagogía y el impacto en las nuevas generaciones de una buena, o de una mala educación.
Pero la calidad es aparte, luego que la educación está convertida en un gran y jugoso mercado -¿o no?; esta vez la SET ha puesto la vista en “los aviadores”, aquellos que están convertidos en viles desertores de las aulas escolares, que usan el tiempo que deberían estar ejerciendo la obligación educativa, en otras ocupaciones, lo que podría justificarse como un deseo de superación, pero no así, abandonando el sagrado deber de enseñar.
Ya habrá tiempo para informar a la titular de la SET de al menos tres docenas de especímenes que aquí, en San Fernando, están calificados –hombres y mujeres- como “prófugo del gis”, que se la pasan muy campechanos aprovechando la complicidad de líderes sindicales y directivos de planteles, con quienes “se mochan” para que les permitan ausentarse de manera prolongada o frecuente de sus obligaciones.
Y se espera que el nuevo titular del Centro Regional Para el Desarrollo de la Educación –CREDE- con sede en San Fernando FRANCISCO ESPINOZA RINCONES, tenga los arrestos suficientes para señalar a los evasivos maestros que se burlan de los horarios laborales y están convertido en riesgo de contagiar a muchos mentores que se niegan a seguir el mal ejemplo de los tunantes de la educación, que se mofan de la SET… y en este caso, de la Cuarta Transformación. ¿Nombres?, pronto.