Vivimos un país católico por excelencia, aunque en los últimos tiempos la competencia religiosa se ha incrementado de manera muy considerable, pero dentro de la esencia de la fe, se mantiene la adoración por la Virgen de Guadalupe, también conocida como la virgen morena, deidad patrimonio de los mexicanos.
Y precisamente hoy, se celebra El Día de la Virgen de Guadalupe, que fue precedido por fervorosas peregrinaciones de cientos de fieles, por cierto cada vez menos aquí, que con sus cantos y sus oraciones, en sus caminatas, dejaron constancia de un sentimiento inspirado en la convicción un pueblo que agradece por los milagros obtenidos, a la vez que alimenta la esperanza de seguir contando con su protección.
Todos necesitamos creer en algo para no derrumbarnos cuando se presentan momentos difíciles en nuestras vidas y la Virgen Morena es una fuente de inspiración, que fortalece los anhelos de bienestar y sobre todo, de soluciones favorables en las contingencias que con frecuencia suelen presentarse.
De por si diciembre es un mes mágico, calificado por millones de personas como la época más hermosa de cada año en que se celebra la primera llegada de Jesucristo El Salvador, donde el sonido de las campanas y los villancicos que nos sumergen en un mundo de fantasía, por esa alegría que provoca en nuestros hijos, nietos y en lo general, en todos los niños.
San Fernando luce distinto a otros años recientes, en que las tragedias eran el pan de cada día y una angustiante pandemia llegó para llenar de luto muchos hogares y sofocar cualquier intento de festejos decembrinos.
Se sabe que nunca faltan personas sufriendo por temas familiares o en lo particular, pero este año se siente la alegría de la época navideña que se encuentra encima, con los festejos guadalupanos como agradable preámbulo del cierre de un año más, que estamos logrando superar.
Tiempo para agradecer y mostrar nuestro mejor rostro, a tono con la temporada que es motivo de reuniones de familias y amistades, de la época en que se expresan los mejores deseos entre los seres humanos y nos hacen reflexionar sobre la importancia de las cosas que realmente valen la pena.
¡Felicidades a todas las mujeres y varones que llevan por nombre GUADALUPE, como la hermosa virgen que se apareció al indio Juan Diego en el año de 1531 , para convertirse en estandarte de la fe del pueblo mexicano y en la santa patrona de los milagros, que a 491 años –casi cinco siglos- sigue convertida en motivo de la máxima veneración y esperanza de millones de seres humanos, no tan solo en nuestro país, sino que también en otras naciones, es motivo de profunda devoción.