Si usted le pregunta a una persona que sobrevive de su trabajo y no tenga relación con la política o puestos en el gobierno, que es y que hace un senador de la república, lo más seguro es que le responda que no sabe, mientras que si cuestiona a alguien que tenga conocimientos básicos del tema, le van a decir que nada, que no hacen nada y que para la óptica de muchos, les pagan salarios muy altos, por un trabajo que el pueblo no mira.
Así funciona la percepción social, los representantes populares están generalmente mal calificados, porque el pueblo, la gente, quisiera que estos tuvieran la capacidad para resolver con una varita mágica todos sus problemas y necesidades, pero resulta que, batallan hasta verlos.
Lo anterior viene a colación porque en Tamaulipas habrá votaciones extraordinarias en febrero próximo para elegir un senador de repuesto, luego de los hechos trágicos donde perdió la vida el Dr. FAUSTINO LÓPEZ VARGAS y que por ley, llevan a la necesidad de un reemplazo a través del sufragio.
Se antoja que la elección para senador será una jornada fría, carente de emoción por parte del electorado, lo que podría generar una respuesta muy desolada en las urnas, es decir que el abstencionismo se manifieste con una dramática intensidad.
Para comenzar, no estará de por medio ese interés natural de la ciudadanía con el candidato o candidatos por un beneficio futuro, porque simplemente, un senador no da nada en forma directa, su trabajo es otro y eso le resta la simpatía que debe acompañar a todo aspirante, cuyo futuro dependa del voto de las mayorías.
Aquí es donde entran en acción los liderazgos políticos, que a falta de motivación popular por parte de los candidatos, tienen que entrar al quite, conduciendo a sus rebaños en la dirección que desean, pero de ninguna manera se puede esperar que se registren en casos como este, votaciones copiosas.
Pero la meta es ganar y se puede obtener el triunfo hasta con un solo voto de ventaja.
En las elecciones para Gobernador de Tamaulipas del 5 de junio anterior se registró una participación del 53 por ciento del padrón electoral y estamos hablando de un proceso encarnizado, que se dio en medio de episodios apasionantes, que daban la impresión de una serie televisiva de acción, de esas que tanto éxito tienen en los tiempos modernos.
Ahora que viene la elección extraordinaria para senador, se mira muy poco probable que se pueda repetir ese 53 por ciento de participación ciudadana en las urnas… y si voto total es menor al 50 por ciento del padrón, el gran vencedor de las elecciones ¡será el abstencionismo!.
Ese es el riesgo del proceso que está en puerta; muy bajas votaciones, porque al pueblo le importa un cacahuate quien gane la senaduría, saben que solo volverán a ver al triunfador hasta las próximas elecciones, cuando ande en busca de otro cargo y ojo con esto; de acuerdo a lo que escucha decir con insistencia, los acarreos, usos de programas sociales y compra de votos, están desterrados en Tamaulipas con el arribo de la 4T.
Más “pior”, porque el interés tiene pies; si un gran porcentaje de electores saben que no van a ganar nada al instante, después que por años han comercializado su voto, preferirán el día de las elecciones –domingo por cierto- quedarse en sus casas, lo que al darse en términos de más de la mitad del número de electores en el estado, vendría a convertirse en una rotunda bofetada a la democracia, porque entonces ya no serían las mayorías quienes estarían eligiendo al senador sustituto.
Y que lástima gastar unos 200 millones de pesos, que es lo que costaría la elección para senador, solo para levantarle el brazo al abstencionismo y que el senador electo tenga que cargar con el oprobio de haber sido electo por una minoría, para quedar instalado apenas por un año y meses en un escaño de la cámara alta.