Se acerca la temporada de fin de año, en que de manera tradicional atraviesan San Fernando miles de “paisanos”, a pasar las últimas semanas del mes con sus familias, a las que en ocasiones, miran de manera muy esporádica, por lo que aprovechan para estar con ellos, el mayor tiempo que tienen disponible.
Alegría para cientos de miles de familias que van a ver a sus parientes radicados en el lado americano y viceversa; la navidad y el año nuevo son fechas muy propicias para la convivencia hogareña.
Y dentro de este entorno, es decir en el trayecto a sus respectivos destinos, “los paisanos” son pasto de la voracidad de elementos policiacos, que con ansiedad esperan que llegue esta temporada, para poder hincarles el diente y asegurar para ellos unas jugosas “christmas”, como se dice por acá.
Y el retén de San Fernando instalado 29 kilómetros al norte de esta población, donde se bifurcan los caminos que conducen a Matamoros y Reynosa, es un lugar de muy mala reputación, por los abusivos atracos que se han registrado por parte de elementos de la Secretaria de Finanzas del Gobierno del Estado y corporaciones policiacas, que bajo el pretexto de brindar seguridad, extorsionan y cometen toda clase de abusos contra “los paisanos”.
Pero resulta que ahora hay un nuevo Gobierno del Estado, que tiene entre sus principales objetivos el combate a la corrupción, erradicar todas las secuelas nocivas del régimen anterior, para que la sociedad tamaulipeca y quienes van de paso, puedan sentir confianza en las instituciones locales.
Esperemos que funcionen las nuevas políticas implementadas en materia de seguridad ciudadana y que no ocurra un solo abuso en contra los connacionales, que con todo y la vehemencia por regresar a su tierra, sienten pavor por tener que atravesar esta zona del territorio tamaulipeco.
San Fernando es un pueblo amigable, lo digo por experiencia, la mala fama se la han dejado unos y otros, pero que sean representantes de la misma ley quienes atraquen, es algo que no debe tolerarse, si en verdad existe el ánimo de cambiar en los aspectos que más molestan y ofendan la dignidad del pueblo.