El Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica JOE BIDEN ha implementado medidas para despenalizar e indultar personas presas por la posesión de marihuana en porciones que puedan considerarse “simples” o de uso personal.
El vecino país del norte es el principal consumidor mundial de drogas y la marihuana forma parte de un inmenso menú donde se encuentran la cocaína, heroína, el fentanilo y otras mas calificadas como “sintéticas”, lo que además de una nación de porcentajes elevados de población dependiente a los enervantes, constituye una poderosa economía alterna, ilegal, pero muy real.
Millones de estadounidenses y de migrantes asentados en el poderoso país del norte fuman marihuana, hasta ahora a escondidas, porque su posesión, sin receta y control médico, es motivo de arresto, pero muy pronto esa persecución va a terminar, por una nueva reforma de carácter federal aportada por el mandatario estadounidense y que será bajada a los estados para ser aprobada por los gobiernos locales.
¿Esta medida será buena o mala?. Por lo pronto, al dejar de ser un delito su posesión simple, el consumo podría incrementarse dejando más ganancias a las organizaciones que expenden este tipo de estupefacientes, pero en lo social, en el núcleo familiar… ¿cómo pegaría?.
Para los estadounidenses no queda bien claro el costo- beneficio de la enmienda del presidente BIDEN, que está tratando de imprimir un sello personal a su mandato frente al paso del tiempo que se acerca a la primera mitad del ejercicio constitucional, en medio de situaciones que pondrían en riesgo su reelección.
Lo que pase en el vecino país, de ninguna manera es ajeno a México y resto de los países de Latinoamérica, por el gran número de paisanos y ciudadanos que se encuentran viviendo legalmente o sin documentos en la unión americana, aunque es una nación que ofrece grandes oportunidades, vive convulsionada por los fenómenos internos que padece y donde el consumo de drogas es una de sus peores pesadillas.
Matanzas en las escuelas a manos de jovencitos drogados o veteranos de guerra bajo los efectos de enervantes podrían multiplicarse ante el paso que se está dando para la posesión de la marihuana, que constituye también una libertad para consumirla y revolverla con alcohol y otras sustancias capaces de alterar la mente y despertar los instintos criminales más sanguinarios entre los seres humanos.