Sin decir “agua va”, industriales de la masa y la tortilla, aplicaron nuevo aumento a este producto de consumo básico en los hogares, que pasó de costar 24.00 a 25.00 pesos en la ciudad.
Con este nuevo incremento que en ningún momento fue advertido por los propietarios de tortillerías a los consumidores, el costo al público se aproxima a los 30.00 pesos, como se viene pronosticando, que llegará a costar para fines de este año.
Este aumento se suma a la inflación que registran los precios de otros comestibles que se expenden sin control de ninguna dependencia, mientras que la Procuraduría Federal del Consumidor –PROFECO- se mantiene como un ente inútil, ante los constantes incrementos que pulverizan el valor adquisitivo de la clase trabajadora.
Sin embargo, para los consumidores asiduos de tortillas existen otras alternativas, entre ellas, que se elaboren en los propios hogares a base de nixtamal o harina de maíz, hasta comprarlas en tiendas departamentales de la ciudad, donde el precio al público es 9.00 pesos menor a las tortillerías establecidas en distintos perímetros de la cabecera municipal y zonas rurales.