Hoy en día, la vida moderna presenta grandes avances en las tecnologías que nos permiten comunicarnos a una velocidad inaudita, que nos hacen recordar las fabulas que leíamos en la infancia, como parte de cuentos de ensueño, pero sin tener la más mínima conciencia que nos tocaría vivir saltos cuánticos en la historia de la humanidad.
Cualquiera, dispone de una red social o de un sistema de mensajería personal o instantánea, en estos días una de las más utilizadas es el whatsapp, que nos permite enviar mensajes e imágenes, que a la velocidad de la luz, son recibidos por los destinatarios, que junto con las redes sociales, han venido a revolucionar los antiguos patrones de vida.
Excelente se puede decir… ¡y prácticamente gratis!. Pero en esta vida, todo lo que es bueno, puede llegar a ser nocivo, de acuerdo al uso y los delincuentes de alta escuela, han encontrado en las estafas cibernéticas un modo muy fácil y esplendido de vida, gracias a que en este país, pese al quebranto económico que causan, no hay suficientes policías especializados en investigar y perseguir esta clase de delitos.
En las últimas semanas, conocidos personajes de la localidad han emitido alertas de cuentas de whatsapp hackeadas, es decir que hampones no identificados, se han apoderado de ellas y desde ahí, solicitan ayuda económica a los contactos, haciéndose pasar por el titular del teléfono.
En muchos casos se puede consumar la estafa con distintas cantidades, luego que al realizar la petición de ayuda económica por encontrarse en supuestos aprietos económicos, los maleantes, usan un lenguaje escrito muy similar al de los dueños de los teléfonos, sacados de sus textos de whatsapp y con información que extraen de los mismos aparatos, dan la impresión de ser peticiones de auxilio auténticas.
Ese tipo de infractores de la ley, operan cómodamente desde la oscuridad y pueden estar en cualquier parte, compartiendo jornadas de trabajo, diversiones sociales, o hasta ser de la familia, sin que los demás los detecten, lo que les facilita mucho cometer la estafas, porque en muchos casos conocen la forma de vida de sus víctimas.
No hay quien los busque y en consecuencia, quien los pueda llevar tras las rejas, para que paguen, ya que tenemos corporaciones policiacas que no están capacitadas para atender esta clase de problemáticas que afectan a la población en mayor escala que el narcotráfico y otras ramas de la delincuencia organizada.
¿Qué hacer para prevenirse?… en el caso del whatsapp, este servicio cuenta con mecanismos de protección avanzados que pueden ser muy útiles, solo hay que dedicar un poco de tiempo a capacitarse y cuando le llegue un mensaje de algún contacto solicitandos ayuda económica bajo cualquier pretexto, hay que pedirle que lo haga por llamada telefónica normal para identificar la voz y pedirle datos de comprobación, en su defecto comprobarlo, con el miembro más cercano de la familia.
Alguna alternativa hay que tener a la mano a modo de escudo personal, porque ante este tipo de estafas no hay autoridad que pueda evitar que personas sean sorprendidas en su buena voluntad ante un llamado angustioso de algún familiar o amistad que manifiesta una necesidad instantánea y extrema.
Más que de los asaltos y secuestros, hay que cuidarse de las estafas cibernéticas, que es el delito más de moda, que amenaza con seguirse expandiendo y donde la impunidad es el principal abrigo de quienes se dedican a cometerlo, porque saben que las autoridades encargadas de la investigación y persecución de los delitos, son analfabetas en este renglón y no van a hacer nada –porque no saben y no pueden- de tal modo que la prevención, al igual que en la salud es lo mejor y comienza por las medidas que uno mismo pueda tomar.