Por diversos factores, entre los que impactó la falta de humedad suficiente, la producción de trigo que se viene cosechando en la región de “El Valle de San Fernando” no pasó las normas de calidad para ser considerado panificable y su destino final será convertirse en forraje.
Productores de los municipios de Burgos, Méndez y San Fernando que sembraron dentro del ciclo otoño- invierno mil 700 hectáreas de este cultivo no pudieron venderlo para la elaboración de pan, pastas y otros alimentos, ya que el grano resultó con deficiencias.
Días atrás dieron inicio las trillas de esta gramínea que están arrojando un rendimiento de entre una y una y media tonelada por hectárea, que están vendiendo sobre 7 mil pesos, 100 pesos arriba del precio de referencia establecido para la cosecha 2022, que fue pactado en 6 mil 900 pesos por tonelada.
Debido a los múltiples riesgos que este cultivo enfrenta, es muy reducida la superficie que se siembra en la región, comparado con el sorgo, que en el ciclo temprano se cultivan alrededor de 270 mil hectáreas, ya que ha demostrado ser más resistente a las inclemencias del tiempo, sobre todo a la sequía.