El PRI, anteriormente partido invencible, victorioso y demoledor, llegó hoy a sus 93 años de vida, convertido en un anciano agonizante, con una salud muy deteriorada, producto de los excesos.
Pero eso no le quita haber sido el partido con más permanencia en el poder, con una hegemonía que fue determinante en la construcción de la mayor parte de las instituciones nacionales, de cuyas siglas salieron excelentes servidores públicos… y muy nefastos también.
Hasta antes de CARLOS SALINAS DE GORTARI, que fue presidente de México de 1988 a 1994, el partido gozaba de un amplio prestigio que se había logrado gracias a los resultados que presentaron los gobiernos anteriores, donde además prevaleció la decencia dentro del poder público.
Con el asesinato del candidato de ese mismo partido a la Presidencia de la Republica LUIS DONALDO COLOSIO MURRIETA en 1994, comenzó desnudarse la inmundicia que prevalecía en las más altas esferas del poder, mientras que las llamadas políticas neoliberales llevaron a permitir la entrega de sectores estratégicos a extranjeros, pero más que nada, se estableció un referente de una desmedida corrupción, que en lo sucesivo se convirtió en un cáncer para la imagen del partido tricolor.
En los tiempos más recientes, en la época de ENRIQUE PEÑA NIETO como Presidente de la República Mexicana, la corrupción era un descaro, lo que provocó que una nación harta del saqueo y abusos de poder, decidiera en el 2018, votar por otro partido.
Al momento el PRI necesita respiración artificial, oxigeno que le está dando en este caso en Tamaulipas, su más acérrimo rival: el PAN.
Habrá que ver después de los resultados electorales del 5 de junio próximo en qué condiciones queda un partido que avanza reptando, colgado de otras alternativas electorales que muestran mayor energía para enfrentar los escenarios sucesivos; por lo pronto la elección para Gobernador, del próximo 5 de junio.
Después de esta elección, viene el 2024 –dos años más- en que se van a elegir al próximo Presidente de la Republica, 9 gubernaturas, Senadores, Diputados Federales, Diputados Locales y mil 580 Ayuntamientos, pero nadie sabe en qué condiciones estará entonces el partido, después del proceso local de este año.
Por lo pronto en San Fernando, al interior del PRI hay un exacerbado divisionismo, de tal modo que según se escucha, preparan un movimiento para mover a la actual directiva, bajo sospecha de estar actuando soterradamente en contra de los intereses de la alianza “Va por Tamaulipas”, donde fue encajonado por los intereses cupulares, que no corresponden con las ideas de los mandos que ejercen la función a ras de tierra.