Al menos 10 familias de ciudadanos haitianos que se encuentran en San Fernando descansando de un largo trayecto desde su país hasta esta región, tratando de alcanzar la frontera con los estados Unidos de Norteamérica, están considerando la posibilidad de quedarse a vivir en esta población.
Lo anterior ha trascendido en albergues, templos y casas de huéspedes donde se encuentran los extranjeros, que ya están viendo que su sueño de ser recibidos en el vecino país, podría tener un desenlace ruinoso.
Ante esta situación que los llevaría a vivir en ciudades fronterizas de la frontera, a la intemperie, con hijos pequeños y sin la certeza de lograr su objetivo de ingresar a la unión americana, han venido preguntando sobre las posibilidades de emplearse en trabajos relativos a las actividades primarias de la región.
La pesca, la agricultura y ganadería, han llamado la atención de los migrantes que se sienten cansados por el éxodo que emprendieron hace meses y que los mantiene agotados, principalmente en familias donde viajan personas mayores y con niños pequeños, que son quienes resienten mayormente las incomodidades.
También, dentro de los migrantes que están viendo a San Fernando como lugar de residencia, se encuentran al menos tres familias con mujeres embarazadas próximas a dar a luz, que de aliviarse en esta población, sus hijos serian mexicanos, lo que ayudaría a la naturalización de los familiares.
A los haitianos se les mira en las calles de San Fernando despreocupados, sobre todo en la zona comercial, donde a su paso son tratados con agrado por una población que se solidariza con su causa y mira con evidente agrado a los niños de color, que inspiran piedad por las condiciones en que se encuentran y que han motivado expresivas muestras de solidaridad para hacer más tolerable la situación que enfrentan.