POR José Inés Figueroa Vitela
A ver, la elección ya pasó, los electores ya hablaron y lo hicieron en forma contundente.
¿A qué tantos brincos, gritos y sombrerazos pretendiendo justificar derrotas o descalificar el mensaje de las urnas?
Yo tampoco voté por ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR para la Presidencia de la República; yo también critiqué acremente sus políticas públicas y me sumé a los agoreros de la debacle nacional, cuando se cancelaron los subsidios a los sectores productivos.
Aun con toda la imparcialidad que intento dar a mis escritos, acompañando el reconocimiento de aciertos a las críticas por mis calificados yerros, en uno de los programas de radio en los que participo me sacudió el cúmulo de llamadas.
Regularmente se da la participación del auditorio, en variados sentidos, pero en esa ocasión todos eran reclamantes a las críticas y de reconocimiento al oficio presidencial.
“Voz del pueblo, sabia voz”, he escuchado en muchos discursos de campaña, pronunciados por quienes, en el ejercicio del poder, transitan entre monólogos y tertulias de camarillas cómplices.
¿Por qué no?, me pregunté entonces y empecé a consdierar el otro lado de la moneda.
Los adversarios hablaban desde sus privilegios y aunque a todos pesaba el cambio de orden -entre más abajo en la pirámide socioeconómica en mayor medida-, esos escenarios no eran distintos a los que, de manera cíclica, hemos padecidos en continuadas crisis los mexicanos.
La diferencia acaso era, que amplios segmentos depauperados de la sociedad, ahora tenían asegurado el sustento, mediante las becas, bonos, abonos, pensiones dispuestas en el nuevo orden institucional.
Nos acercamos a la mitad del sexenio y aun con el lacerante factor externo que representó la pandemia, el país no ha caído y, por el contrario, empieza a dar signos de una recuperación macroeconómica extraordinaria.
Los desempleados, subempleados y autoempleados en la marginalidad, tienen la opción de subsistencia que no tuvo la generación previa, empujada en muchos casos a la clandestinidad,
el delito, la violencia, que bañó de sangre la geografía nacional y no se acaba de salir de ese escollo.
Los sectores productivos, ciertamente, han reducido sus márgenes de ganancia y algunos hasta en pérdida, han sacado ahorros o vendido parte del patrimonio, para permanecer activos y ya empiezan a ver la luz al final del túnel, con el creciente circulante.
La mayor parte de los ciudadanos que se expresaron en las urnas no pueden estar equivocados.
Si eso no despierta la conciencia de quienes pretenden prolongar estatus a costa de la degradación, hasta la ignominia de terceros, nada va a hacerlo.
“Por el bien de México, primero los pobres”, ha dicho el Presidente, hasta convertirlo en bandera de su movimiento y hay quienes piensan que se trata de un cliché elaborado por los publicistas, dedicados a endulzar oídos que generen votos.
“Por el bien de los mexicanos, primero los mexicanos”, yo adecuaría, concatenando otras conclusiones de mi oficio periodístico, en este mismo espacio, cuando reseñé las expectativas de quienes nacieron y crecieron sin nada que perder, como flagrante amenaza contra quienes todo lo tuvieron y cada vez son menos entre los menos.
La migración global de los países empobrecidos a las potencias económicas, no es distinta al desdoblamiento de los sectores marginales hacia los sectores acomodados de forma inexorable y violenta.
La solidaridad institucional que hoy vemos, necesita de la solidaridad personal, familiar, sectorial, con los que menos tienen, para cerrar la brecha abismal entre quienes tanto tienen y quienes nada tienen.
Sin esa conciliación, ya lo padecimos, no hay paz ni armonía social.
Por eso salen más que sobrando las justificaciones, descalificaciones, confrontaciones contra la aclamación electoral del pasado seis de junio.
Si los partidos que perdieron quieren volver a la competencia, tienen que transformarse, escuchar a los ciudadanos y actuar en consecuencia.
Nada de animar pleitos, tender cuatros, armar emboscadas, manipular expresiones, filtrar noticias falsas; eso ya lo hicieron y no funcionó; hay que ponerse en la agenda de las necesidades y aspiraciones sociales.
El Instituto Electoral de Tamaulipas anunció que, al cierre del domingo, eran 13 los recursos de impugnación interpuestos contra la elección del pasado seis de junio, para lo que hoy vencen los plazos de presentación, en su caso, del último municipio que fue computado, Nuevo Laredo.
Al cierre del domingo, decíamos, el PAN impugnó la elección de diputado en el cuarto distrito local reynosense y las de alcaldes de Abasolo, Burgos, Güémez y Jiménez.
Fuerza por México –cuya votación general no llegó al uno por ciento- impugnó las elecciones municipales de Camargo y Díaz Ordaz, así como el marginal Redes Sociales Progresistas impugnó Soto la Marina y el Verde Ecologista Victoria.
MORENA impugnó la elección de Mier y el PRI Miquihuana –junto a otros dos particulares-, mientras que la candidata independiente –esposa del actual alcalde- ELISA PATRICIA QUINTANILLA impugnó la elección de Llera.
El comunicado del IETAM sobre la jornada postelectoral es enfático al afirmar que será el Tribunal Electoral de Tamaulipas el que resolverá como última instancia las controversias que se den respecto de la elección de alcaldes y diputados locales.
“Asústame panteón”, respondió un irreverente opositor cuando leyó el comunicado.
La Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cumple una función revisora respecto de la actuación del TRIELTAM, de tal manera que, si algún actor considera que la sentencia local no se apegó a derecho, sí podrá recurrir a la instancia federal.
Aunque ya se sabía de una promoción judicial por el conflicto con los agentes de tránsito municipal, causó sorpresa la filtración de la vinculación a proceso contra el Secretario del Ayuntamiento de Madero, por supuestas irregularidades cometidas cuando cumplía el mismo encargo, pero en el ayuntamiento de Victoria capital.
El abogado JUAN ANTONIO ORTEGA JUAREZ ha cubierto variadas responsabilidades de corte federal, estatal y municipal, en la Secretaria de Gobernación, en Reforma Agraria, en la Secretaría General de Gobierno del Estado y a últimas fechas en los ayuntamientos de Victoria y Madero, entre otras.
Más que una venganza por las afrentas que el gobierno estatal panista ha tenido con el gobierno municipal morenista petrolero, hay quienes ven en la persecución de ORTEGA JUÁREZ un acotamiento a eventuales participaciones electorales de futuro.
Aunque fuera de su círculo de amigos y beneficiarios –extrarodinariamente ahora se sumaría el PAN-, nadie ve al reelecto alcalde, ADRIÁN OSEGUERIA KERNION, en la competencia por la sucesión estatal.
AMÉRICO VILLARREAL ANAYA en entrevista telefónica, ayer, se reiteró listo para ir en busca de repetir en el cargo que ejerció su desaparecido y entrañable padre y perfiló que serán los tamaulipecos quienes decidirán quién será el nominado.
El aval del líder y del dirigente del partido, AMLO y MARIO DELGADO ya los tiene.
El reto ya es más fácil.