Por Aristeo Manilla García
Tal parece que la investidura de los políticos de altos vuelos termina por nublarles la razón y el entendimiento de temas que deberían consultar y analizar antes de hablar o cuando menos hacer un esfuerzo por conectar la boca con el cerebro.
Este es el caso del recién electo Gobernador del Estado de Nuevo León SAMUEL ALEJANDRO GARCÍA SEPULVEDA, quien se ha caracterizado por expresar grotescas expresiones disfrazadas de “ocurrencias” que bastante han provocado risas entre los neoleoneses, que esta vez, decidieron elegir por alguien con buen humor, para que dirija los destinos de ese pujante estado, considerado como una capital regional del norte del país.
Este personajes que ganó bajo las siglas del partido Movimiento Ciudadano –MC- salió a defender el tema del agua a que tienen derecho los habitantes de su estado, afirmando que en su mandato, la presa “El Cuchillo”, localizada en China Nuevo León, no va a trasvasar una sola gota para Tamaulipas.
En los días siguientes, lo menos que le han dicho a SAMUEL GARCÍA, es que esa decisión no es competencia del Gobierno de Nuevo León, sino de la Comisión Nacional del Agua y que además hay tratados que no pueden evadirse a capricho de los mandatarios en turno.
Hasta JAIME RODRÍGUEZ CALDERÓN “EL Bronco” que después de tantos sonados escándalos se había mantenido con perfil bajo, ya en la agonía de mandato salió a restregarle en la cara a su inminente sucesor, que el contenido de la presa ni siquiera nace en Nuevo León, solamente la almacena.
Por todas partes le han dicho que es un tonto, porque habló con el más rotundo desconocimiento del tema, lo que podría ser la etiqueta del gobierno que va a encabezar por la voluntad de los neoleoneses, que están haciendo uso de todo su derecho a equivocarse y volver a mandar… dentro de seis años.
SAMUEL GARCÍA es un profesionista y empresario egresado del Instituto Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey –el Tec- una de las escuelas de más prestigio en el continente americano, de donde han egresado verdaderas luminarias de la política y los negocios, a quien esta vez, el Gobernador Electo, no le hace justicia a ese prestigio.
Es cierto que todos podemos equivocarnos y que hasta tenemos ese derecho, pero alguien que va a gobernar un estado como Nuevo León, no puede darse ese lujo, a menos que se trate de un nuevo artificio de popularidad, para andar en boca de todo mundo.
Una vieja frase de la política nacional reza que “lo importante es que hablen de ti, bien o mal, pero que hablen”. ¿será este el caso?.