Por Aristeo Manilla García
Ayer se cumplieron cinco años de la muerte del Lic. LAURENCIO GARCÍA GARCÍA, un destacado sanfernandense, que escribió páginas de gloria en la historia de la izquierda en Tamaulipas.
Licenciado de profesión, carrera que nunca abandonó a pesar que su pasión era la política, fue un hombre que se ganó el respeto de todos quienes lo conocieron, porque en la vida aplicaba el concepto más profundo y universal de la palabra Derecho: dar a cada quien lo que en justicia le corresponde.
Haberlo conocido y tener la oportunidad de convivir con él, me permitió conocer su manera de pensar y su visión por las cosas; él quería que todo se hiciera bien, que se respetaran las leyes y que las personas, por más humildes que fueran, tuvieran voz, es decir, que fueron escuchadas.
Siendo el primer dirigente de MORENA en Tamaulipas, en las cercanías de un proceso local, le pregunte que porque no se imponía –como en los demás partidos- en una candidatura plurinominal para el Congreso del Estado y me contestó: “es exactamente lo que no queremos”.
Me explicó que entre tantos vicios de la política, los líderes tomaban para sí o para sus amigos o familiares más cercanos los mejores espacios y oportunidades y que esas prácticas nocivas debían erradicarse.
Siempre lo vi en condiciones modestas y hasta difíciles de vida, luego que aunque ejercía la carrera de derecho, muchos no me dejarán mentir, cuando les digo, que la mayoría de sus clientes, personas muy humildes, no le pagaban por sus honorarios.
En cambio, lo vi desprenderse más de una vez, de todo lo que traía en los bolsillos por ayudar a un anciano, o una persona necesitada.
Con su forma de ser, LAURENCIO GARCÍA estaba anunciando que iba a vivir poco, porque era de la clase de personas que hacen falta en las alturas, como guardianes de la humanidad.
Cuando fue regidor aquí –siempre por la izquierda- era de los más cumplidos en las sesiones de Cabildo y también de los más puntillosos; fue en el segundo periodo de la Ing. DELIA GARZA GUTIÉRREZ –Q.E.P.D.- cuando ponía a “patinar” a sus demás compañeros en las sesiones de ediles, al tocar temas con un absoluto conocimiento de causa, que le daba su capacidad como profesional del derecho.
Desde hace cinco años, que ya no está con nosotros; pasan por mi mente las escenas del proceso fúnebre, del sepelio, como si hubiera sido ayer y no tengo anotada la fecha porque no me gusta registrar memorias de ese tipo.
Hace unas horas vi una publicación recordando que hace un lustro se fue por delante uno de los buenos y hoy quise evocar el recuerdo de LAURENCIO GARCÍA GARCÍA porque le tuve un gran afecto y porque hay aspectos que las nuevas generaciones deben conocer, para que el tiempo y el olvido no borren de los registros colectivos las evocaciones que deben permanecer siempre vivas, para entender que hemos tenido en nuestro entorno seres extraordinarios, que dieron su último aliento por dejarnos un mundo mejor.