Por Aristeo Manilla García
Las campañas políticas llegaron ayer a feliz término, ante el beneplácito de la sociedad local, un tanto aburrida de tantos eventos, brigadas de impacto y el asedio de candidatos y candidatas, que justamente en su papel, por 45 días consecutivos hicieron todo lo posible por llevar sus propuestas a la ciudadanía.
Algo que vale la pena destacar de la jornada de proselitismo que se extendió por seis semanas, es que aunque en más de una ocasión se cruzaron los caminos de candidatos y candidatas, en todo momento se puso de manifiesto el respeto de cada uno y una, en esta jornada intensa y desgastante, física y emocionalmente.
Y déjeme decirle que en los tiempos de primitivismo político que vivimos, podemos presumir que en San Fernando, los hombres y mujeres que irán en la boleta en busca de encabezar el próximo gobierno municipal, se comportaron muy a la altura, con la decencia que exige la aspiración de gobernar al lugar donde nacieron y han vivido la mayor parte de sus vidas.
Motivo para presumir, porque no en todos los municipios y regiones se puso de manifiesto esa actitud; aquí a lo más que llegó el clima de tensión durante las campañas, fue a la emisión de publicaciones vulgares en páginas de autores anónimos, que aunque tuvieron la virtud de enardecer y provocar agrias discusiones verbales, el asunto nunca pasó a mayores.
Pero ahora viene otra etapa difícil: las votaciones. Se espera que con esa misma civilidad que mostraron candidatas y candidatos, los hombres y mujeres que van a emitir el sufragio el próximo domingo lo hagan con madurez, por la opción que mejor les parezca o convenga.
Pero que cada quien respete las decisiones ajenas, como una forma de respetarse asimismos; así sea en el seno de una misma familia.
Precisamente para eso hay tantas opciones en esta ocasión -10 candidaturas municipales, aunque con posibilidades de éxito solo tres- para que cada ciudadano elija libremente, sin presiones de ninguna naturaleza, con la facultad para denunciar cualquier tipo de intento de manipulación y para de una buena vez, cerrar la puerta a la compra de votos.
El primer paso fue dado en firme¸ terminaron las campañas sin incidentes y ojala que el próximo domingo por la noche podamos estar presumiendo que ganó la democracia, en un ejercicio sin problemas, lejos de cualquier confrontación ciudadana, conscientes que no vale la pena ganarse enemistades por causa de la política.
El deber ciudadano es ir a votar y defender el triunfo en las urnas, ya es asunto de los candidatos y de los abogados, defenderlos.