Ya es tiempo que San Fernando pase de la condición de pueblo a ciudad y dentro de los cambios que implica el nuevo concepto, se requiere de manera urgente, la instalación de una planta potabilizadora de agua.
Al externar lo anterior, el líder social Remigio García Padilla señaló que el agua que sale de las llaves no es potable, sino que solamente se somete a un proceso de cloración, que no es suficiente para quitarle bacterias, impurezas y metales pesados que afectan los organismos de las personas que por necesidad, ingieren ese líquido.
Hay cientos o miles de familias que toman agua de la llave porque su economía no les permite comprar de garrafón, de la llamada purificada, siempre bajo el riesgo de contraer enfermedades estomacales, porque el agua que sale de llaves no es para tomar “y eso es bien fácil comprobarlo”, afirmó.
Dijo que con ver el estado en que se encuentran las tuberías en la mayor parte de los hogares, llenas de sarro, se puede entender a simple vista que se trata de agua de mala calidad, que aunque se puede usar para lavar la ropa, las vasijas y otras tareas domésticas, no es apta para el consumo humano.
Sin embargo y por necesidad, al no tener otra alternativa, muchas familias consumen el agua que sale de las llaves, sin siquiera hervirla, lo que provoca constantes malestares entre la población de todas las edades, aunque principalmente en adultos mayores y menores de edad.
Esta anomalía exige que a la mayor brevedad se gestione una planta potabilizadora, donde el vital elemento que utilizan las familias de San Fernando, sea tratada acorde con la norma oficial del agua, para evitar que su uso y consumo causen problemas entre la población de menores ingresos.
El reconocido luchador social lamento que las administraciones anteriores y en turno, no hayan tomado en cuenta esta problemática, ya que nunca se ha escuchado que ningún alcalde hable de una planta potabilizadora, lo que significa que no les ha interesado el bienestar de la ciudadanía o en su defecto, que no han tenido la capacidad para analizar el impacto de esta deficiencia en la salud de los habitantes del municipio.
Finalmente recordó que en el año de 1980 –hace 41 años- San Fernando fue elevado del rango de Villa a Ciudad, sin embargo en los hechos el municipio luce rezagos muy fuertes y notorios, que se pueden apreciar en el estado de las calles, el servicio de basura, el abasto de agua y varios aspectos básicos, de tal manera que otras localidades de Tamaulipas que todavía permanecen en el status de “Villas”, se encuentran en condiciones bastante más decorosas que este municipio, situación que por el bien de todos, ya debe cambiar.