TAMBOR BATIENTE
Por Aristeo Manilla García
Para quienes no lo saben, con cierta frecuencia se realizan reuniones de un organismo denominado Consejo de Seguridad, que “sirve” para que se analicen todos los temas que tienen que ver con la tranquilidad de la población, en materia de violencia y otros hechos criminales que le roban el sueño a las personas de buen vivir.
En esas reuniones donde se consumen alimentos de alto valor nutritivo con cargo al presupuesto, se reúnen mandos de todas las corporaciones policiacas, militares habidas y por haber, encabezadas en el caso del municipio de San Fernando, por el alcalde JOSÉ RÍOS SILVA.
Por cuestiones de seguridad, los participantes en estas reuniones lo hacen generalmente en el cuartel militar de la SEDENA, por la salida a la laguna madre o en la Presidencia Municipal de San Fernando; es cuando se ven en el primer cuadro de la ciudad vehículos policiacos y militares resguardando el área.
Se entiende que en esas reuniones de “seguridad” tratan todos los temas que tienen que ver con hechos delictuosos que suceden con frecuencia, porque en estos tiempos la violencia es un factor de vida, que llegó para quedarse, para obviamente, buscarles solución, a los que aun tengan.
Y decir que se analizan “todos los hechos” podría ser lo más impreciso, porque en San Fernando días después del plagio de un menor de 14 años, cuando ya había denuncia se realizó la famosa reunión de consejo de “seguridad”, pero ese tema nunca llegó a la mesa… y las consecuencias de ese olvido u omisión, ya las estamos viendo y sufriendo, con una profunda pena por la familia que vive momentos de tortura indescriptibles.
En México se habla de “La Carabina de Ambrosio” para ejemplificar cuando algo es inútil y en ese rango se encuentran las reuniones “de seguridad” que se llevan a cabo con la asistencia de todos los que mandan y que irónicamente, los sueldos que perciben, forman parte de los impuestos de un pueblo, que no recibe el servicio que merece de parte de sus empleados en esta materia.
Da rabia ver en cambio, como algunos salen a mostrar su rostro más ruin, lanzando mensajes de auto sufrimiento por el caso del menor desparecido, que aprovechan un escenario ajeno, para pretender engañar una vez más al pueblo, diciéndole que sufren con él, cuando nunca han participado en las búsquedas, porque se encuentran cómodamente en sus hogares, disfrutando de la opulencia del presupuesto y cual viles Cantinflas, salen a expectorar toda clase de estupideces, en vez de salir a decir, lo que se ha logrado en este caso a través del mentado “consejo de seguridad”.
Más coraje todavía, contra quienes les permiten tomar el micrófono y que aplauden la sarta de sandeces que profieren, sin el menor temor a Dios, por la farsa que personifican.