A TAMBOR BATIENTE
A las de por si precarias relaciones sociales del Gobierno del Estado con los tamaulipecos, hay que añadirles el coraje de la ciudadanía por estultas políticas encaminadas a dañar la maltrecha economía del pueblo.
En San Fernando, existe un malestar generalizado por la presencia y acciones de auditores fiscales que en las últimas semanas han decomisado vehículos en el punto conocido como la “Y”, 29 kilómetros al norte de la cabecera municipal, en eventos donde han salido perjudicadas personas que son tratadas como delincuentes, por el hecho de movilizarse en vehículos extranjeros, porque son bastante más baratos que los que salen de las agencias en el país.
Por otra parte, con los decomisos también afectan a cientos de residentes locales cuyas familias viven de los ingresos que obtienen de la venta de vehículos extranjeros, una actividad de donde se mantienen refaccionarias, yonques, talleres mecánicos, eléctricos, de hojalatería, choferes, entre otros, convirtiéndose prácticamente en la economía que sostiene a San Fernando.
¿Por qué actuar de esta manera en contra de este municipio?… si los mandos políticos traen problemas con el alcalde, que los arreglen con él, ni modo que no sepan cómo hacerlo.
¿Tendrán “cabeza” para pensar que están hundiendo cada día mas al PAN, con esta clase de acciones?.
Por otra parte, ¿por qué el alcalde no sale a defender a los vendedores de autos, en agradecimiento que en las dos campañas para alcalde, lo ayudaron a ganar?.
Antes de la pandemia ya se sentía un gran vacío de autoridad en el municipio, que se reflejaba en calles llenas de baches, de basura, céntricos sectores y colonias de la periferia en penumbras; ahora con la prolongada cuarentena este vacío de poder se puede tocar hasta con la mano.
Pero los tiempos electorales ya están a la vuelta de la esquina y vamos a poder comprobar, si como dicen los políticos de alcurnia, el pueblo no tiene memoria, que las masas no piensan y los habitantes de San Fernando vuelven a votar por un partido que una vez en el gobierno, los tiene en el abandono y más allá de la apatía institucional, les quiere quitar el alimento de la boca a las familias que dependen del comercio de los vehículos.
En serio que no se entiende como un gobierno puede tenerle tanta animadversión a un pueblo trabajador, o al menos que sea una inteligente estrategia para inducir a los vendedores de autos, por los caminos torcidos del delito… ¿usted qué piensa?.