A TAMBOR BATIENTE
Las doctrinas políticas se encuentran arrumbadas en el arcón de los recuerdos, en tiempos en que vemos como, hombres y mujeres con aspiraciones “de servir al pueblo”, con pasmosa facilidad brincan de un partido a otro.
En términos coloquiales, se les conoce como “chapulines”, para definir a políticos trapecistas que sin rubor, saltan de las ramas de un partido para colgarse en siglas distintas, sin reparar en los contrastes de los documentos básicos que sirven para definir la identidad y objetivos, de las marcan que forman parte del mercado electoral.
Aquí mismo tenemos muchos ejemplos de quienes le han dado vuelta a todos los partidos, porque no han visto claro en los intentos que han realizado por llegar al poder; también es visible que en la mayoría de los casos, “los chapulines” solo son utilizados como escalones, porque sus bonos están muy demeritados en la bolsa política, como para darles una oportunidad verdadera.
A estas alturas, cuando faltan menos de tres meses para el inicio del proceso político concurrente que llevará a las elecciones del 6 de junio de 2021, ya se comienza a ver el saltadero de personajes que buscan posicionarse en alternativas electorales distintas, a las que oficialmente pertenecen.
Este fenómeno es recurrente pero no aplica en todos los políticos; hay quienes con toda sobriedad y seriedad demuestran una lealtad muy consistente, hacia los partidos donde han militado por largos periodos, algunos desde que desde la adolescencia vivieron con intensidad el calor de la política y que hoy, ya en la plenitud de la vida, le siguen apostando al mismo, con una fidelidad que raya en credo religioso.
Hoy como nunca, cuando la política y los partidos viven tiempos de mayor desgaste ante los ojos de la sociedad, el número de “chapulines” cada vez crece más, porque hay políticos o aprendices, que en su obsesión de llegar o seguir colgados de los beneficios del presupuesto, no tienen respeto por la opinión social, que los tiene etiquetados en el concepto de vividores de la política.
En un mundo político convulsionado por una inmensa gama de factores, destacan también los nombres de hombres y mujeres que han sabido mantener sus principios y convicciones partidistas, inclusive por encima del interés personal y aunque han tenido descalabros en sus carreras, será más fácil que lleguen a la meta, por encima de quienes no han sabido respetar su propia identidad y que a pulso, se han ganado el mote de “chapulines”.