Este día se cumplen tres años del asesinato de la activista Mirian Elizabeth Rodríguez Martínez, que el 10 de mayo del año 2017, fue acribillado a balazos por un pistolero solitario, en su domicilio de las calles Dalia, entre avenida del Rosal y Margarita de la colonia Paso Real, cuando regresaba, después de estar con una de sus hijas.
Durante su ciclo como activista, a donde llegó por la desaparición y asesinato de su hija Karen Alejandra Salinas Rodríguez en el año 2014, Miriam Rodríguez pisó muchos calles entre el mundo del crimen, de tal manera que su muerte siempre ha sido atribuida a las acciones que emprendió con éxito, para llevar a prisión a los presuntos secuestradores y asesinos de su hija.
El día que murió en pleno Día de las Madres, la activista había bajado de su automóvil después de las nueve de la noche para introducirse a su domicilio, cuando salió de entre las sombras un sicario, que por la espalda, le asestó una docena de disparos para luego darse a la fuga, aunque tras varios meses de identificación y búsqueda, fue localizado y acribillado a balazos, cuando se opuso al arresto policiaco en la zona centro de la ciudad.
Este año es probable que por la emergencia sanitaria, la ceremonia para honrar su memoria se limite a su familia más cercana, su esposo y los dos hijos que le sobreviven.
Sin embargo su recuerdo permanecerá inalterable sobre todo entre las víctimas del delito y familiares de desaparecidos, que recibieron de parte de la activista un fuerte apoyo para hacer valer sus derechos y que desde su muerte navegan en un mundo de incertidumbre, por la indiferencia oficial a sus justos reclamos.
A tres años de su muerte, la familia de la activista dispone de la custodia policiaca que el Gobierno de Tamaulipas, se negó a darle a Miriam, pese a que está, en reiteradas ocasiones y en público, denunció haber sufrido amenazas de muerte y que tenía la certeza que le iban a quitar la vida, como finalmente sucedió.