A TAMBOR BATIENTE
Reza conocido dicho de la filosofía popular que “nadie escarmienta en cabeza ajena”… lo que ya para términos prácticos quiere decir, que las principales y tal vez más desagradables experiencias de la vida, las adquirimos cuando nos sucede algo, de lo que generalmente dudamos y hacemos caso omiso, pese a las recomendaciones que nos dan.
Hacer experimentos con un uno mismo y la salud y la vida de quienes nos rodean, rompe con una de las reglas principales de la supervivencia y el bienestar humano.
Esto se los digo porque hay muchos que dudan de la realidad del Coronavirus y en el uso de todo su derecho a expresarse – que tengan razón es otra cosa- afirman que esa enfermedad no existe y que es una patraña de los gobiernos para desviar mucho dinero, argumentando una supuesta inversión para atender con éxito la contingencia.
Sus motivos tendrán, en tiempos en que la corrupción gubernamental aparece como etiqueta de los gobiernos en todos los niveles, aunque esa percepción que ya permea entre buen porcentaje de la población, de ninguna manera nos concede el derecho de poner en riesgo nuestra salud, de los seres más queridos y de nuestras amistades.
San Fernando tiene hoy tres casos de Covid 19 y doce más bajo investigación, lo que nos dice que hay que estar muy atentos y respetar las recomendaciones, porque nadie queremos que un familiar nuestro presente síntomas, que lo recluyan en un hospital y que pueda morir con la etiqueta de este padecimiento.
Ya sabemos que cuando –cierto o falso- una persona muerte de Covid 19, por disposición oficial sus restos serán incinerados, sin dar tiempo a la familia a realizar los funerales tradicionales.
Algo feo, porque a lo menos que tenemos derecho, es a despedir con los ceremoniales de costumbre a nuestros difuntos, pero así lo determinó el gobierno y así se viene cumpliendo en regiones donde la pandemia ha cobrado vidas.
Aquí todavía no muere nadie por fortuna y los casos confirmados, se entiende que están bajo estricta atención de la Secretaria de Salud, pero hay un detalle… como la población no conoce sus identidades, lo más probable es que cientos de personas puedan haber sido contagiadas por quienes dieron positivo a las pruebas.
No permitamos que nos gane la rebeldía; si la enfermedad no existe qué bueno, excelente, aunque nos traiga a todos de cabeza, pero… ¿y si es real?. Pregunto ¿valdrá la pena experimentar en carne propia, o en la carne nuestra carne?.
Que entre esta zozobra y el aislamiento, tengan un excelente fin de semana, sin pasar por alto que quien dice la última palabra, siempre está de nuestra parte.