Ciriaco Navarrete Rodríguez
Hay que reconocer el innegable acierto del gobierno de Tamaulipas, porque oportunamente, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se adelantó de manera exitosa con su equipo médico a realizar el blindaje de la entidad para proteger del coronavirus a las familia tamaulipecas y de esa manera se convirtió el estado en el paradigma nacional de la lucha contra los efectos catastróficos de la pandemia que estamos padeciendo.
Esa lucha se convirtió en nacional porque los científicos de la medicina humana del gobierno federal tomaron en debida cuenta al modelo tamaulipeco para blindar de la pandemia causada por el coronavirus, a todo el pueblo mexicano.
Actualmente debemos expresar nuestro reconocimiento más elevado al Presidente López Obrador, por su acierto, al haber adoptado las destacadas estrategias que los científicos mexicanos están desarrollando para salvar numerosas vidas humanas que pudieran sucumbir por los embates mortales, por cierto muy disminuidos que está cobrando la pandemia del coronavirus y como ya lo he señalado, también hay que reconocer las luchas solidarias con el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mismas que han sido adoptadas de manera muy decidida y comprometida por todos los gobernadores estatales del país.
Esas estrategias, insisto, están salvando muchas vidas y eso se debe, a que por otra parte el Presidente López Obrador, hizo suyo el compromiso de hacer la difusión integral de todas las acciones mediante las cuales el pueblo mexicano, está siendo enterado puntualmente de las diversas formas mediante las cuales, debemos proteger nuestra salud evitando ser contagiados por el peligroso coronavirus.
Es cierto que la política presidencial que encabeza el licenciado López Obrador, no tiene precedentes en la historia de México particularmente en los últimos dos tercios del siglo XX, porque hay que saber que el perverso centralismo político, altamente autoritario surgió durante la administración presidencial del general Lázaro Cárdenas del Rio, quien a su arribo al cargo puso en pleno vigor la Constitución regresiva de 1917, y no lo hizo para beneficio del pueblo mexicano, sino para concentrar el poder totalitario en el presidente de México.
Además según los informes históricos registrados en los años 80 por la revista contenido, la cual, en su serie denominada “México de carne y hueso” ofrece detalles de las acciones asesinas del Gral. Lázaro Cárdenas, mediantes las cuales
se pudo encaramar al poder presidencial a partir del día 1 de diciembre del año de 1934.
La referida revista mediante amplios y precisos reportajes históricos puso al descubierto los asesinatos cometidos por los cómplices del Gral. Lázaro Cárdenas, en los cuales asegura que él actuó como autor intelectual, causando los asesinatos del expresidente Venustiano Carranza y del Gral. Álvaro Obregón.
Los referidos antecedentes presidenciales ubican al Gral. Lázaro Cárdenas como el creador del presidencialismo mexicano que para desgracia nacional les ha servido de sustento a todos los presidentes antecesores de López Obrador.
Por ese motivo el Gral. Lázaro Cárdenas carece de los méritos patrióticos que artificiosamente le atribuye el actual Presidente López Obrador.
El ejercicio presidencial del licenciado Andrés Manuel López Obrador, no tiene precedentes en la historia de los dos últimos tercios del siglo XX ni del primer cuarto del siglo XXI, y aunque aún carecemos de democracia constitucional, las acciones altamente humanistas de nuestro Presidente actual se ajustan a formatos similares a los democráticos debido al férreo combate a la corrupción cuya lucha es fortalecida por el trato humanitario que los mexicanos estamos recibiendo y si queremos recurrir al paradigma democrático norteamericano podríamos asegurar que tenemos muchas semejanzas porque el gobierno del licenciado López Obrador, nos está dispensando las más altas consideraciones humanitarias, pero el estancamiento de la macroeconomía y de la economía popular, así como la depreciación de nuestra moneda son pruebas irrefutables de que carecemos de democracia constitucional.
Con base en esa realidad, yo convoco a todas y todos mis lectores para que sumemos esfuerzos y voluntades a fin de aprovechar las notorias bondades del presidente López Obrador, para explicarle, que es necesario redactar una nueva constitución general de la república, con la finalidad de sustentarla en la pequeña propiedad de la tierra para desechar el de la propiedad ejidal y comunal, y al mismo tiempo derogar la constitución regresiva y empobrecedora de 1917, la cual es una copia de la ideología bolchevique, cuyo marxismo-leninismo, impide el crecimiento de la riqueza.
En repetidas ocasiones y desde hace más de 40 años en mis trabajos editoriales he insistido en la necesidad de recuperar la democracia constitucional que el juarismo nos heredó en la constitución de 1857, misma que fue derogada en contra de la voluntad del presidente maderista Don Venustiano Carranza, que ya no tuvo tiempo de derogarla porque fue asesinado por los zapatistas el 21 de mayo de 1920.
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