Ciriaco Navarrete Rodríguez
El estado de Tamaulipas, muy a pesar de los diversos padecimientos que hemos tenido que enfrentar tanto los gobernantes como los gobernados, tenemos la obligación mutua de centrar nuestras atenciones en las acciones cotidianas prioritarias, tal como lo es el caso de asegurar todo lo concerniente a nuestra subsistencia porque por un lado el gobierno que encabeza Francisco Javier García Cabeza de Vaca se debe aplicar a fondo, en todos sus quehaceres públicos mientras el pueblo tamaulipeco debemos realizar todas las acciones, mediante las cuales podamos vivir tranquila y sanamente.
Es cierto que la política es una compleja red de quehaceres permanentes que realizan tanto los partidos como las organizaciones civiles que se interesan en promover a sus respectivos candidatos para contender por los diversos cargos de elección popular, entre los cuales, el principal de ellos centra la atención en los aspirantes a la candidatura para contender para gobernador de la entidad.
En ese caso particular ya se vislumbran los aspirantes a la gubernatura de Tamaulipas, aunque por ahora se encuentran “ocultos tras cortinas transparentes”, por la misma razón se encuentran a la vista del electorado tamaulipeco, tales son los casos de los senadores Ismael García Cabeza de Vaca, quien podría contender por el PAN, y su colega legislador Dr. Américo Villareal Guerra.
Es obvio que el reynosense García Cabeza de Vaca jugaría bajo la sombra de su hermano Francisco, de los mismos apellidos, y en cambio el galeno mencionado podría ser candidato de MORENA bajo la frondosa sombra del presidente López Obrador, que por cierto fue él quien le compartió la fuerza política para ganar la senaduría, que hoy por hoy le está sirviendo como suprema fuerza para contender por la gubernatura del estado.
Hasta ahora sólo se observan esas 2 figuras políticas que pudieran contender por sus respectivos partidos, en busca de la gubernatura de Tamaulipas, pero hay un dicho muy mexicano que nos dice abiertamente, y hasta de manera ingenua, que en política no hay nada escrito, como si la política fuera una novela escrita, además de ser tan imponderable como lo que sucedió el 5 de junio del año 2016, cuando el priista Baltazar Hinojosa, a pesar de que ya se sentía dueño de Tamaulipas, se llevó la sorpresa más grande de su vida corrupta, cuando el día de los comicios que fue la fecha señalada, perdió estrepitosamente la elección frente al panista y actual gobernador de la entidad Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Es cierto que actualmente el PRI parece que sigue desmantelado y carente de figuras fuertes que pudieran asumir la candidatura para contender por la gubernatura de Tamaulipas, y por eso mismo todavía no surge ningún priista que se quiera aventurar en la búsqueda de la candidatura para contender por la referida gubernatura, sin embargo como buenos que somos no es recomendable desdeñar a ningún partido político, pero el priismo sufrió una inesperada desbandada, y los mismos se fueron a fortalecer las filas del PAN, como también lo hicieron para fortalecer el triunfo de MORENA.
La dinámica política en comento dio lugar a la conformación actual de las 2 fuerzas políticas como lo son el PAN y MORENA, las cuales, por ahora pudieran ser las que lucharían para alcanzar los triunfos electorales tanto de la gubernatura como de las presidencias municipales y las diputaciones locales.
Independientemente de aquellos políticos tradicionales que acostumbran a hacer política mediante la confrontación, es recomendable y muy saludable que mejor preparen buenos proyectos de gobierno para que el electorado tamaulipeco les crea todas las verdades irrefutables que nos presenten en las diferentes contiendas electorales porque el pueblo tamaulipeco ya no es de aquellos analfabetas del siglo pasado, y en estos tiempos ya sabe rechazar los discursos huecos y carentes de sustento realista con los que se hacía política en el lejano pasado.
Actualmente, el pueblo mexicano en lo general del que es parte muy importante la sociedad tamaulipeca, ya abrió los ojos completamente para ver y escuchar los proyectos políticos que aseguren que son enemigos de la corrupción, de la deshonestidad, de la impunidad y de toda clase de delincuentes de cuello blanco.
La escuela del aprendizaje de los buenos usos y costumbres públicos y privados, diariamente la dirige el presidente López Obrador, porque por medio de sus conferencias mañaneras cotidianamente da explicaciones que ya son bien conocidas por todos los mexicanos, es razón por la cual es urgente abandonar la retórica torcida para hablarle con la verdad al electorado en su conjunto.
Finalizo el presente trabajo editorial para aconsejar a mis compañeros periodistas con la finalidad de que ubiquen sus quehaceres cotidianos con la misma tónica que yo he explicado para que nuestros políticos abandonen los formatos de la política tradicional, porque hay que entender que nosotros debemos ser los principales constructores del periodismo verdadero y humanitario.
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