A TAMBOR BATIENTE
Ser pesimista no es una opción, para ninguna circunstancia o efecto de la vida; pero ser realista es una necesidad básica para la supervivencia humana, de ahí la necesidad de estar siempre enterados de lo que sucede a nuestro alrededor, para tener elementos que nos permitan formar un criterio y actuar en consecuencia.
Las redes sociales son un gran apoyo y al mismo tiempo una fuente inagotable de confusión, de ahí que requerimos tener un balance que nos permita entender lo que se puede dar como viable y lo que de plano está fundado en supercherías o intenciones de engañar.
Con esto del Coronavirus, veo mucha gente sufriendo, comiéndose las uñas ante el temor de sufrir el contagio en lo personal o cualquiera de los miembros de sus familias, personas que tiemblan ante lo imaginario y desconocido.
Por esta razón, en este día, cuando apenas hemos caminado los primeros pasos de un largo trayecto, me tomo la confianza de comentarles que si usted es una persona nerviosa, que siente pavor ante la sola palabra Coronavirus, por su propio bien, salgase de las redes sociales.
Póngase a leer, a danzar, tomas clases de música o ver entre la inmensa gama de tutoriales que existen de las actividades domésticas, pero suelte el celular, la tableta o retírese de la computadora; ya no sufra, no sea masoquista y no se llene más el cerebro de telarañas con temores desbordados.
Cualquiera sabe que la presión sicológica es el principal detonante de las mayores enfermedades del mundo y si usted es una persona joven, que todavía no padece malestares crónicos o degenerativos, no corra el riesgo… tome el camino del aislamiento mental; igual si es una persona adulta con padecimientos avanzados, menos se meta en las redes sociales, porque para cuando se dé cuenta, sus males serán algo más grave.
Le comento esto por lo que veo en personas que conozco y las expresiones que se dan en las redes sociales, donde las santiguadas están a la orden del día, por quienes no soportan la idea de casos positivos del Covid 19 cerca de sus vidas; deshágase de ese lastre que es una ancla que lo irá arrastrando a las profundidad de un subconsciente apanicado, que surtirá efectos desastrosos en su salud física y mental.
Estar en casa no es malo, más cuando como en este tiempo se hace por necesidad; lo que sí es pernicioso, es la ociosidad que nos lleva a estar inmersos en un mundo virtual, que se justifica cuando se trata de buscar información, pero que hay quienes lo hacen como si buscaran temas para mortificarse; cuando esto pase, lo más sano es poner la sana distancia de por medio… con las redes sociales.