A TAMBOR BATIENTE
A la falta económica de capacidad de algunos Ayuntamientos del estado por resolver las necesidades de sus representados, se cierne la amenaza de un nuevo “recorte” presupuestal implementado por el Gobierno de Tamaulipas, lo que es común que sin más explicación, se aplique cada vez que de manera unilateral y sin preguntar su opinión a los afectados.
Por lo menos tres veces cada año se han venido aplicando en los últimos tiempos estas medidas, que como dije antes, no son puestas a consideración de los alcaldes, sino que simplemente se perciben en los depósitos para el llamado “gasto corriente”.
Se ha vuelto costumbre que los Ayuntamientos de pronto vean mermados sus presupuestos por “tijeretazos” que aplica sin compasión el gobierno estatal, que en ocasiones llegan al 25 por ciento del monto mensual… ¿y sabe que?; nadie puede decir nada.
Porque el riesgo es caer de la gracia o que le tomen ojeriza al alcalde “pillón” y las consecuencias de las quejas serian catastróficas; un ex alcalde reciente de la Villa de Burgos se quejaba amargamente de “los recortes” que con una frecuencia atroz, le aplicaban en porcentajes todavía mayores.
Pero no podía decir nada, porque se exponía a que no le dieran algunas obras o que sus cuentas públicas no pasaran, aunque con todo y su inconformidad y silencio, a la fecha no han sido aprobadas, a pesar de ganar las elecciones bajo las siglas del partido en el poder estatal.
Y en la actualidad, la aparente paralización de algunos aspectos de las actividades oficiales por la pandemia, podría ser tomada como pretexto para un “recorte” en el mes de abril, bajo la lógica de la ausencia de funcionarios en los palacios municipales, lo que evita que el pueblo pida y le tengan que dar.
Así lo hacen en el mes de julio de cada año, porque en el estado arguyen que debido al periodo vacacional de verano –dos semanas- la actividad cesa durante 15 días y que en todo ese tiempo los ayuntamientos se ahorran la mitad del gasto.
Lo anterior es un verdadero atraco, porque la mayor parte de los gastos –nomina, servicios públicos entre otros- se mantienen sin cesar los 12 meses del año y esto sin considerar que los Ayuntamientos generalmente contraen deudas con casas proveedoras, para evitar que se detenga el ritmo de trabajo.
Y no faltan quien ya olfatean un próximo “recorte” de la partida mensual, dinero que nadie sabe a dónde va, en que se aplica o como se maneja; los ediles lo único que saben, es que de la noche a la mañana, de un mes a otro, les llega menos dinero, en una medida abusiva, porque cada año antes de finalizar se aprueba un gasto para el siguiente ejercicio y este debe respetarse.
Pero fíjese como curiosamente no se ha presentado nunca una sola protesta por este tipo de acciones que vienen desde varias décadas atrás y que parecen más intensas en los últimos tiempos.
¡Ah! Y que no sea en año electoral o en la víspera, porque entonces los mismos ediles dan por hecho que ya conocen el móvil de los descuentos, lo que por cierto me recuerda que en el 2021 habrá elecciones en Tamaulipas para Ayuntamientos, diputaciones locales y diputaciones federales… luego entonces se puede inferir que las reducciones que vienen a los presupuestos municipales, ¿serán “recortes con causa”?.
Se vale comentar.