A TAMBOR BATIENTE
Parece que no nos damos cuenta, que estamos viviendo algo que se solo se mira en las guerra mundiales; desbasto, especulación, carestía de productos básicos, miedo transpirando por todos los poros y bajo los efectos de un eventual “toque de queda”, que aplican los cuerpos policiacos a manera de amable exhorto para resguardarnos en nuestros hogares y evitar que el Coronavirus pueda hacer sentir sus efectos letales –como el estallido de una bomba- en nuestras comunidades.
Dentro de todo este dramático escenario que comienza apenas a sacar las uñas, pero que hemos visto en países más afectados por esta nueva peste mundial, no se mira que al menos en México, estén aplicando un plan de contingencia, pese a que oficialmente se reconoce que hay una emergencia nacional.
El mismo Sub Secretario de Salud a nivel federal Dr. HUGO LÓPEZ GATELL corrigió al Presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR en reciente “mañanera” para aclarar que la contingencia no llegaría a su fin el próximo 19 de abril, como había aventurado el jefe de estado, sino que en esa fecha, íbamos a pasar a otra fase de esta problemática, obviamente peor a la que estamos viviendo, augurando que “esto”, va para largo.
Al margen del tema de la salud, que es el meollo de este desconcierto internacional, vemos a industriales y comerciantes en todas las escalas subiendo los precios; PROFECO dice que va a actuar en consecuencia imponiendo multas de hasta de 3 millones de pesos, que a algunas empresas no les van a hacer ni cosquillas, mientras que el pueblo duda que esa Procuraduría, por primera vez en la historia, se atreva a defender los intereses del pueblo.
Pregunto… ¿no podría –desde hace rato- el gobierno federal haber pactado con los productores del más alto nivel en todas las ramas de los artículos básicos –alimentos y medicinas por ejemplo- un acuerdo para evitar el aumento de los precios al público y al contrario, reducirlos para mitigar los efectos del desempleo que ya está dejando sentir sus nocivas consecuencias, entre un gran segmento de la población mexicana?.
El mismo gobierno está mandando un ejemplo al enviar a casa a sus empleados para protegerlos de un eventual contagio –obvio, con sueldo seguro- pero no todos los mexicanos somos burócratas y ante la desaceleración de la planta productiva, muchos están quedando sin empleos o con medios turnos, reduciendo el margen de sus ingresos… mientras que la comida sube de precio todos los días.
Hace años, en el 2012, el entonces Presidente ENRIQUE PEÑA NIETO firmó con los líderes de los partidos políticos un acuerdo denominado “Pacto por México”, donde se pretendía avanzar en la consumación de importantes aspectos sociales bajo un equilibrio regido por el derecho y el anhelo de tener una nación más progresista.
Hoy, que estamos entrando a lo que será de acuerdo a todos los indicadores una recesión -que para muchos ya comenzó-, ¿sería posible que se firmará entre los principales actores del gobierno, partidos político y sector privado y social, un nuevo “Pacto por México”?.
Una estrategia que se enfoque a proteger a los más débiles, a evitar abusos en contra de la población de menores ingresos… pero también a proteger la economía nacional.
Porque entre los primeros damnificados se encuentran los empresarios hoteleros restauranteros, los propios aeropuertos que esperaban en una semana santa normal, ingresos por encima de los 50 mil millones de dólares y de los que muchos, para operar en condiciones de calidad, tuvieron que recurrir a créditos con la banca?.
Y no podemos decir que a los grandes empresarios se los lleve el carajo, porque ellos producen empleos, convirtiéndose en parte fundamental, de lo que se tiene que proteger, para evitar que el cuidado por la pandemia deje más muertos por desnutrición, a los que directamente enviará el virus a “mejor vida”. Por favor, no nos obliguen a pensar que México está en manos de gente que no piensa.