A TAMBOR BATIENTE
Cuando parece que la sensibilidad del pueblo ante las tragedias ajenas parece extinguida, por fortuna surgen siempre destellos que nos permiten confirmar que no todo está perdido, aunque también indigna ver que quienes cobran un sueldo y tienen un presupuesto para servir a los demás, son inmunes a las necesidades sociales.
Ayer dimos cuenta de una persona mayor, que afectada en sus facultades salió de su casa en Reynosa, para venir a dar a la “Y” en el municipio, de San Fernando, el lugar donde se bifurcan las carreteras rumbo a Matamoros y Reynosa, un paraje comercial que cuenta con un Oxxo, un restaurante muy acreditado y varios vendedores informales.
Fueron estos últimos que al percatarse de la situación de esta persona, lanzaron un llamado de auxilio que se viralizó con la fotografía y datos personales del señor, a los pocos minutos en las redes sociales, permitiendo que de esta manera, su familia supiera donde estaba, aunque por sus condiciones económicas y otros detalles expuestos por una de sus hijas, no pudieron venir a recogerlo el mismo día.
Personas caritativas le dieron sus alimentos y cuidaron de él, hasta esta mañana en que su familia llegó a recogerlo, después de una noche en que el señor durmió a la intemperie.
Se agradece mucho a quienes se preocuparon por darle de comer, de cuidarlo y enviar un mensaje que se fue hasta al espacio exterior, permitiendo que sus familiares pudieran reunirse esta mañana con él.
Pero… ¿el DIF Municipal, entonces, para qué sirve?… por la edad y condiciones de salud mental de la persona extraviada, se puede equiparar con un niño, pero ni esto pudo conmover el corazón de más de una docena de personas que cobran por la “asistencia social” que prestan en esa dependencia.
¿Así de abandonados estamos?… pues que suelten el presupuesto y atendiendo las recomendaciones del Sector Salud se encierren en sus hogares, si la idea es no trabajar por miedo al Coronavirus.
En esto hay un gran contraste y una lección ejemplar: el pueblo por su cuenta es capaz de resolver sus necesidades, más cuando se trata de un tema tan sensible como el que comento, mientras que la inutilidad del gobierno municipal se refleja aquí en todo su esplendor.
No acostumbro a usar expresiones despectivas o agresivas, porque el lenguaje da tantas oportunidades de hablar de manera tersa, pero en verdad indigna tanta indiferencia oficial, tanta desvergüenza, que me lleva a pensar que ese tipo de funcionarios… no deberían festejar el 10 de Mayo.
“Servidores públicos” vulgares, que cuando deberían ser útiles, no tienen el menor instinto por servir, desperdiciando la oportunidad que les da la vida de hacer algo por los demás, pero que además para esa los pagan ¿o acaso piensan que la pandemia les da derecho a estar de vacaciones recibiendo cómodamente la quincena?. Pasan por alto que el Karma existe.
Se vale opinar.