En plena contingencia de salud provocada por el Covid 19, tiendas de autoservicio y dueños de “changarros” en San Fernando, están aumentando de manera abusiva los precios a consumidores, lo que viene a complicar más la vida de miles de personas desempleadas o que no están laborando temporalmente, a causa de las medidas recomendadas por las autoridades de todos los niveles.
Ponen como ejemplo que las latas de atún que hace una semana se compraban en 11.00 pesos ya valen 10.00 pesos más, luego que debido a compras de pánico realizadas por la población, se acaban rápidamente y en la siguiente surtida a los anaqueles, los consumidores observan que las mismas mercancías han sido re etiquetadas.
Lo mismo ocurre con otros comestibles principalmente con los enlatados, comida rápida, detergentes, limpiadores y desinfectantes, creando una espiral inflacionaria que se extiende al huevo, cuyas “tapas” se cotizan por encima de los 80 pesos en las tiendas grandes.
Mientras que en los llamados “tendajos” que funcionan en las colonias populares, los precios de la mayor parte de los productos están siendo alterados, bajo el argumento de estar surtiendo también a precios más altos.
Lo anterior pese a que el precio de la gasolina y el diesel, que son los carburantes usados para el traslado de mercancías –sobre todo de Monterrey- ha disminuido en los últimos días y se esperaba que esa reducción se reflejara en el precio de los fletes y por consecuencia en beneficios para los consumidores.
Lo anterior además de ser un abuso, pone de manifiesto que la Procuraduría Federal del Consumidor –PROFECO- solo es un “elefante” blanco, luego que pese a las reiteradas quejas a través de las redes sociales, no se ha presentado ningún caso de establecimientos multados por especular y aumentar los precios en artículos de consumo básico.