Al llegar la época de posadas navideñas escolares y familiares, padres de familia deberán estar muy atentos al consumo de golosinas y comida “chatarra” entre sus hijos, para prevenir siga elevándose la estadística alarmante de diabetes infantil, sobre todo en aquellos pequeños que tengan una predisposición hereditaria o padezcan sobrepeso.
Peligroso que un niño contraiga diabetes y que padres desconozcan señales de alarma como: mucha sed, orina, hambre desmedida y cansancio, porque esto podría complicar la salud de menores de edad.
La diabetes infantil es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia. Antiguamente era una enfermedad propia de adultos, pero con el crecimiento del índice de obesidad infantil, asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios, los casos han aumentado considerablemente entre los niños y las niñas.
Aunque el origen de la enfermedad sea distinto, los especialistas afirman que un 90 por ciento de los casos se refiere a la diabetes tipo 1. Este tipo de diabetes aparece súbitamente y puede surgir a partir de las primeras semanas de nacimiento hasta los 30 años de edad, aunque es en el periodo de 5 a 7 años, y durante la pubertad, cuando la enfermedad tiende a ser más común.
La diabetes puede causar, a largo plazo, y si no es tratada debidamente, pérdida de la visión, infarto, hipertensión, derrame, impotencia sexual, enfermedades pulmonares e insuficiencia renal. En los últimos años está disminuyendo la edad media de aparición de la enfermedad, mientras que hace unos años era más numerosa en la pubertad, cada vez es más frecuente el debut de niños menores de 6 años.
Lo más recomendable, será que en estas fechas, sean los padres quienes regulen el consumo de productos nocivos que lamentablemente son propios de la temporada, además que en breve realicen rutinas de ejercicio y cambios en el régimen alimenticio, sólo así se podrá detener el alto índice de niños diabéticos y las complicaciones que provoca.