Por Aristeo Manilla García
La muerte de un joven en la celda de la cárcel preventiva municipal será un hecho que a pesar de las versiones oficiales, quedará siempre en duda la responsabilidad de los elementos de la Policía Estatal que tenían bajo su resguardo al detenido.
Concediendo que se trate de un suicidio, habrá que ver si a la hora de la remisión tuvieron el cuidado de quitarle todos los objetos que pudieran ser utilizados por el detenido con fines de cualquier tipo, no solamente de quitarse la vida, si las celdas están iluminadas y si se realizan rondines sistematizados para tener el mayor tiempo a la vista a los infractores.
Seguramente la mayor parte de estos protocolos no se cumplen por parte de formación entre quienes tienen a su cargo ese tipo de responsabilidades, que al derivar en omisiones, automáticamente se convierten en delitos que ameritan ser sancionados.
Pero en este caso, la presión solo la puede ejercer la familia de la persona encontrada sin vida, cuando menos para tratar de llegar a la verdad de las cosas, porque obviamente que ya nadie le podrá regresar la vida a su ser querido.
Algo que llama la atención es la forma muy “discreta” de las autoridades para dar a conocer este asunto a la opinión pública, que se enteró a través de los medios y las redes sociales, sin que hasta el momento exista una versión oficial a través de un comunicado institucional.
Esta reticencia condimenta las críticas y sospechas de un deceso a causa de un presunto abuso policiaco, que a la misma autoridad, parece que no le interesa dar a conocer, pese a que la imagen institucional se encuentra de por medio, lo que podría explicarse por el perfil castrense de los mandos y la capacitación de los subalternos.
Una Policía Estatal “Acreditable”… esta última palabra me parece que debería ser modificada, porque significa que apenas se encuentra en proceso de acreditación, es decir que sus elementos no han pasado por todos los controles.
A la muy vapuleada imagen de la Policía Estatal “Acreditable“, las redes sociales se encuentran repletas de quejas, críticas y acusaciones de abusos que van desde extorsiones, hurtos, malos tratos y ahora, para ponerle la cereza al pastel… ¡se suicida en sus celdas un detenido!. ¿Sabrán que la sociedad piensa que fue de otra forma la muerte del varón de 28 años?.
Por otra parte y en más comentarios que tienen que ver con representantes del orden, fue designado como nuevo titular de la Policía Investigadora de la Fiscalía General de Tamaulipas –FGT- el comandante MARIANO DE LA FUENTE PÉREZ, quien allá por 2014, estuvo comisionado en esta plaza, entonces como comandante de la Policía Ministerial.
Se trata de un elemento de la vieja escuela, que presentó en aquel tiempo un magnifico desempeño que se tradujo en la solución de ilícitos como homicidios, abigeatos y secuestros, cuando San Fernando se encontraba en los momentos más dramaticos de la violencia.
Quienes lo recuerdan, comentan que fue enviado a San Fernando por el desempeño que tuvo cuando fue comandante de la PME, del conocimiento del terreno regional y sobre todo, por las técnicas de investigación avanzadas que domina, esperando los mejores resultados de su actuación, en un territorio donde los delitos del fuero común se encuentran a la orden del día, luego de circunstancias donde los propios agentes de la autoridad estatal, se encuentran reprobados ante los ojos del pueblo, que con sus impuestos, es quien paga sus sueldos.