Por Aristeo Manilla García
Hablando de mortificaciones; el proyecto del paquete económico para el ejercicio fiscal 2021 ya fue remitido a la Cámara de Diputados para su análisis y en consecuencia ir avanzando en temas de ingresos y egresos del próximo año.
De ahí entre otras reglamentaciones, se van a desprender La Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2021, de donde consecuentemente van a derivarse los presupuestos de las entidades federativas y municipios, en un escenario donde al menos en la economía, ya nada cuadra.
Porque hasta el año anterior se daban números cerrados y estimaciones precisas para sustentar tanto los recursos a ser acopiados, como a gastarse; pero entonces la planta productiva nacional funcionaba en condiciones normales, aunque no fueran las más deseadas.
Pero ahora que los mercados petroleros están colapsados, cuando buena parte de la industria se encuentra en condiciones de semi paralización, el turismo atrofiado y la producción rural disminuida por muchos factores adversos ¿de dónde va a salir el dinero para que se paguen los impuestos que son básicos para la supervivencia del sistema político mexicano y el bienestar nacional?.
Ojo, porque antes de cerrar este año podríamos encontrarnos con la noticia de una reducción presupuestal que vendría a colapsar más aun, las condiciones de vida de los mexicanos y que impactaría de manera directa en el tema de las obras y servicios sociales, que ya en este año, se vieron bastante menguados.
Y en los días que siguen, vamos a darnos cuenta de las estrategias económicas del Gobierno Federal para recabar impuestos y darles una distribución equitativa en función de las grandes necesidades nacionales; los mexicanos esperamos ver una inspiración que vaya más allá de aumentar los impuestos que ya existen o crear nuevas cargas fiscales.
Sin muchas esperanzas, pero esperamos que se apruebe la reducción de salarios a los senadores y diputados federales, gobernadores, diputados locales, alcaldes, síndicos, regidores y funcionarios de los primeros niveles de gobierno; que si hay que apretarse el cinturón, que el apretón sea parejo.
Que les quiten los presupuestos a todos los partidos políticos y que se pongan en movimiento los 500 mil millones de pesos que se robaban por año –en un cálculo conservador- en los gobiernos anteriores y que ahora están convertidos en un superávit del presupuesto federal, porque si van a elegir el camino de nuevos impuestos y encarecer los existentes… entonces sí que ¡ya valimos!.
Y por lo que hace al Gobierno de Tamaulipas que para el ejercicio 2020 creó nuevos impuestos con la finalidad de ingresar 6 mil millones de pesos adicionales a los 54 mil millones que tuvo en el 2019, vamos a ver también en las próximas semanas, que más se les ocurre, en la incansable tarea de conseguir más recaudación.
Pero estoy seguro que la ecuación será tan simple, como cobrarle más impuestos al pueblo, con el riesgo de pagar las consecuencias en las urnas. Pal baile vamos.