Ciriaco Navarrete Rodríguez
Como consecuencia del implacable combate a la corrupción, que era el sucio sistema del gobierno mexicano y que duró casi 90 años, el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador –AMLO- está poniendo un orden inusitado y con cuyas acciones además de ganarse la aprobación y el apoyo de millones de compatriotas, residentes dentro y fuera de la geografía nacional.
En mis casi 80 años que tengo de edad, puedo dar testimonio fehaciente de que, me consta que, AMLO es el primero de los presidentes de México que se animó a gobernar y a trabajar para desaparecer corrupción nacional, porque como bien lo señala, se trata del problemas que más daño nos ha hecho a la gran mayoría de los mexicanos, porque ha hecho de los habitantes un pueblo pobre, por los dueños del dinero es el uno por ciento de los 127 millones de los habitantes que somos.
Como resultado de múltiples indagatorias judiciales, quienes somos miembros del pueblo mexicano no quisiéramos dar crédito a los numerosos descubrimientos de gigantescos actos de corrupción de políticos y gobernantes, de quienes ni siquiera sospechábamos que pertenecen a la gigantesca cofradía de compatriotas corruptos, todos ellos son muy
conocidos y eran ampliamente respetados, pero ahora nos damos cuenta de –ojos vemos y de corazones, no sabemos-.
Lo peor del caso es que se trata de políticos y gobernantes, cuyas imágenes tenían fama de xer virtuosas, pero los mexicanos, sabíamos muy poco de su conducta corrupta, circunstancia que ya puso a esas personas en el corral de espera, desde donde se van a defender como tigresas y tigres embravecidos, pero como al parecer están atorados en las arenas movedizas de la corrupción en la que confiadamente se metieron, sólo les deseamos que la suerte los acompañe.
Lo igualmente cierto fue que los compatriotas que ahora están en espera de ser juzgados por corruptos, sabemos que se metieron en ese mundillo criminal, y lo hicieron con la ingenuidad perversa que, como alguna vez lo aseguró Peña Nieto, al hacer creer descaradamente que –la corrupción es parte de la cultura mexicana-, esa era su ciega creencia, porque ese hombre corrupto a la alta escuela, su mentalidad microscópica se la contagio a muchos de los políticos y gobernantes, que ahora están en capilla.
Y como sabemos, los políticos se afanaban y hasta se mataban por participar como candidatos de algún cargo de elección popular, lo mismo municipal, que estatal o federal, y en su caso, les bastaba con ser nombrados funcionarios de alguno de los tres niveles de gobierno, de tal manera que pudieran multiplicar sus riquezas, y de esos hechos todos somos, testigos mudos, porque siempre ha sido púbico y notorio el descarado enriquecimiento ilícito de los político y gobernantes mexicanos.
Pero también muchos empresarios corruptísimos han quedado al descubierto, algunos de los cuales, están tan creídos e ensimismados, que hasta se atrevieron a retar al prudente López Obrador para intentar obligarlo a dimitir de la presidencia porque, según ellos, el tabasqueño no sabe gobernar.
Ese reto falsario sólo les sirvió a los malquerientes de AMLO, para destapar la cloaca de la terrible corrupción en a que están metidos, lo cual, les ha traído funestas consecuencias, que descaradamente tenían ocultas y escondidas detrás de oscuro manto de lesa humanidad y por supuesto de traición a la Patria.
Por otra parte, el pueblo mexicano tiene sed de justicia pública, y hasta empezaba a desconfiar de Fiscal General de la República, a quien ya se le acusaba sospechosa lentitud, pero a partir de la apertura del Juicio avasallador de Emilio Lozoya, se ha observado una clara comprensión de la gran magnitud que ha traído consigo el abultado expediente del exdirector de PEMEX.
En esa controversia judicial, según refiere el presidente López Obrador hay miles de millones que se deben rescatar, y que por ahora están en manos sucias y putrefactas de unos 70 compatriotas deshonestos, entre los cuales también hay de esas mujeres que le mancharon el pañal al ex reputado, género femenino.
Esos setenta compatriotas que están implicados, solamente en el juicio de Emilio Lozoya, pero en los demás juicios son cientos o miles los que serán juzgados para que regresen
el dinero que se robaron, como lo es el caso de Felipe de Jesús Caderón Hinojosa, implicado gravemente en el juico de su ex colaborador Genaro García Luna, y a quien, por añadidura se le están cobrando 400 millos de pesos que se robó del sobreprecio de la famosa Estela de Luz.
Lo verdaderamente incómodo del gobierno del presidente López Obrador, es que al parecer no se ha percatado de que es indispensable que acuerde con el Congreso de la Unión que con suma urgencia redacte una nueva Constitución General de la Republica, con el fin de adoptar a la Democracia Verdadera como Régimen de Gobierno, para lo cual, es indispensable redactar una nueva Constitución, con apego al modelo agrario de la pequeña propiedad de la tierra.
Para eso será suficiente copiar y actualizar la Constitución juarista de 1857, cuya redacción se sustentó en ese modelo agrario, que es el mismo en el que se sustentó la redacción de la Constitución norteamericana, a finales del Siglo XVIII y que se encuentra en pleno vigor desde hace más de doscientos cincuenta años y con base en ella, el gobierno gringo se ha mantenido como la nación más poderosa del mundo.