A TAMBOR BATIENTE
Cuando en la actualidad se califica a los políticos y servidores públicos, se palpa generalmente el rechazo de una sociedad que por motivos muy justificados, echa pestes en contra quienes tienen a su disposición recursos económicos, humanos y materiales para resolver necesidades del pueblo y que prefieren usarlos para incrementar sus caudales personales.
Es impresionante el porcentaje de opiniones que descalifican y hasta insultan a quienes no han logrado crear empatía con la sociedad, porque han preferido el lucro económico, por encima del bienestar del pueblo.
Por eso, me llama la atención, que en la Villa de Cruillas, una localidad rural de la región de El Valle de San Fernando, el pueblo exprese una excelente opinión de su presidenta municipal, la señora OLGA LIDIA HERNÁNDEZ BARRIENTOS, primera mujer en administrar a ese municipio, donde en año y medio de gobierno se han resuelto demandas muy sentidas de la población.
El secreto de la calificación aprobatoria parece estar en el contacto directo y permanente que la alcaldesa bajo las siglas de MORENA ha prodigado a sus representados, en lo que van de su mandato; sin distingos de partidos o de credos religiosos, la alcaldesa de Cruillas ha sabido demostrar dignidad para gobernar, anteponiendo ante cualquier otra circunstancia, el interés supremo del pueblo.
Y esto es algo que tal vez ni pretenderlo, la posiciona para ser postulada en el 2021 de nueva cuenta y por el mismo partido, a la Presidencia Municipal de la Villa de Cruillas, porque sencillamente, MORENA garantizaría de esta manera mantener el poder en esa porción del territorio tamaulipeco.
El próximo año, en el proceso de selección de candidatos para los 43 municipios del estado, MORENA deberá postular a 22 mujeres como candidatas a la Presidencia Municipal y 21 varones, lo que de entrada sugiere que en Cruillas, ese partido no tiene para que andar haciendo experimentos, conociendo el posicionamiento de la actual alcaldesa, que de manera muy mesurada, evitar revolver la política social, con la grilla electorera.
Así tenemos que en Cruillas, la población ya está pintando color en torno a sus preferencias, a partir de una atención eficiente y directa de su alcaldesa, una mujer que habla fuerte, de frente y sin rodeos, como debe ser, fuera de ese lenguaje fastidioso que usan los políticos para confundir a la gente y que les sirve para evadir sus compromisos.
Esa es parte también la diferencia de la alcaldesa de Cruillas sobre los políticos tradicionales, no le tiembla la voz ni el pulso, cuando por la naturaleza de su cargo tiene que enfrentar situaciones difíciles y mucho menos cuando se trata de salir a la defensa de su gente.