En San Fernando un porcentaje cercano al 40 por ciento de la población de menores ingresos asentadas principalmente en colonias de la periferia consume agua de la llave, ante la falta de recursos para adquirir garrafones o surtirse en los molinos, donde ya sale purificada y su costo es más accesible.
La ingesta de líquido cargado con metales y presuntamente heces fecales, es causante en gran parte de los padecimientos de enfermedades gastrointestinales, que constituye una de las principales causas de morbilidad entre las población de todas las edades en el municipio, lo que demuestra la urgencia de contar con una planta potabilizadora.
El líquido que sale de las llaves no puede considerarse como potable y en cambio, es causa de enfermedades gastrointestinales y otros padecimientos, debido a que no se encuentra sometida a un proceso científico que garantice su inocuidad.
La consistencia del agua potable que llega a los hogares de miles de familias es muy cuestionable, simplemente porque no es sometida a un procedimiento que permita quitarle el exceso de sales, materiales pesados y demás impurezas, entre las que se han encontrado cloriformes fecales.