Ciriaco Navarrete Rodríguez
Los líderes de los diversos partidos políticos de México ya están husmeando el cebo electoral de la mitad del sexenio del Presidente López Obrador, y por ese motivo están actuando en franca parafernalia operativa con la finalidad de convencer al electorado nacional para que acepte las promesas de campaña que ya empezaron a ofrecer sin tomar en cuenta la importancia vital de la pandemia del COVID-19 que estamos padeciendo,
Esa insensatez criminal está siendo usada como bandera política de los operadores irracionales de todas y cada una de las fuerzas electorales en las que desde ahora se está sustentando esa dinámica estéril de los compatriotas acelerados, muchos de los cuales, están utilizando su apolillada imagen con la creencia de que el pueblo mexicano no tiene memoria histórica para identificarlos plenamente y ya no volver a creerles sus mentiras.
Uno de esos políticos insensatos es el doctor José Narro Robles, quien fue un deficiente rector de la UNAM, y luego fue llamado por el expresidente Peña Nieto para que ocupara la Secretaria de Salud, instancia del Gobierno de la República de la que se presume que saqueó sin contemplación alguna con plena complicidad de su jefe directo, lo cual es público y notorio porque ya existe una investigación judicial en manos de la Fiscalía de la República.
Por otra parte, nos encontramos a varias fichas idénticas tanto en el Congreso de la Unión como el Senado de la República, y aunque hay Diputados Federales y Senadores que a lo largo de su carrera políticas solo destacaron como jilguerillos, siempre se han creído grandes tribunos, pero en realidad han sido los más grandes profesionales para decirle mentiras al pueblo mexicano.
Todos esos políticos mediocres han sido parte fundamental de la cofradía de los privilegiados que se han adueñado de miles de millones de pesos y de dólares, razón por la cual construyeron gruesas cortinas de billetes para ocultarse de la mirada del pueblo de México, pero fueron tan torpes que no se dieron cuenta de la clara transparencia de esas cortinas que actualmente han dejado a la vista a las bodegas de la corrupción y todas las cantidades de dinero que ya están siendo descubiertas por el gobierno del Presidente López Obrador.
Los periodistas viejos como los que somos testigos de la trayectoria de esos políticos perversos estamos convencidos, como dicen los religiosos, de que a cada santo se le llega su día de fiesta, y eso es precisamente lo que está sucediendo.
En lo personal, conocí muy de cerca, los regímenes presidenciales de López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa, y Enrique Peña Nieto, lo curioso es que todos ellos incurrieron en diversos actos de corrupción mediante los cuales saquearon las arcas nacionales a la vista del pueblo de México.
Esa forja de políticos que formaron parte de aquellas cofradías presidenciales, me consta que siempre gobernaban al tanteo pero cuidando siempre de que la bolsa que se llevarían al final de su sexenio quedara bien repleta de pesos y de dólares sin que para nada les importara el empobrecimiento creciente que hemos padecido los mexicanos a partir de que el Gral. Lázaro Cárdenas, tras asumir la Presidencia de México puso en pleno vigor la regresiva y nefasta constitución de 1917.
Y no me disculpo por calificar así a ese esperpento jurídico, porque debido a que fue redactado con base en el modelo agrario ejidal y comunal, en realidad carece de mérito alguno para rendirle los históricos festejos que siempre le han dedicado los Presidentes que han ejercido ese poder a partir del Gral. Lázaro Cárdenas.
Esa realidad jurídica tan negativa está muy arraigada, con la creencia de que es bondadosa y el pueblo mexicano lo sigue creyendo así a pesar de que seguimos padeciendo los embates de la pobreza porque nuestras leyes constitucionales mantienen frenado el crecimiento de la riqueza.
Derivado de lo antes expuesto nos encontramos con la desgracia de que la puerta de la corrupción, está abierta de par en par, pero debemos tener confianza en que los nuevos manejos presidenciales que está haciendo el Presidente López Obrador, si se lo propone, cuenta con el apoyo popular masivo, y con el soporte mayoritario legislativo para que haga realidad la innovación constitucional que ya anunció en tres ocasiones y por eso, en lo personal tengo confianza de que su cuerpo de asesores le ayuden a tomar la determinación de desechar la regresiva constitución de 1917.
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